Capitulo 26

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- Toma asiento.- Lo hice. 

 - ¿Nos van a arrestar?- Pregunte molesta. 

 - No ¿Por qué dices eso?- Pregunto ordenando unos papeles. 

 - Los policías en Los Angeles nos hicieron pasar la noche en una celda.- Respondí. 

 - Los policías en LA no conocían el caso.- Estaba muy serio.- Rachelle, voy a decirte algo que nunca antes había tenido que decir...- Entrelazo sus manos frente a mí y frunció el ceño.- Esto se nos está yendo de las manos.- Las elevó.- Revisamos todos los registros de pasajeros que viajaron en la semana a Los Angeles y ninguno concuerda con el perfil. 

 - El va a terminar con nosotros, nos matara y no habrán podido hacer una mierda.- La rabia se hizo presente.

 - Gracias a esto, hemos podido llegar a una conclusión razonable.- Continuo.- Rachelle creo que el culpable no es uno, son dos.- Mi corazón se detuvo.- Uno es la mente maestra y el otro el que lleva a cabo.- Eso era todo, quería morir.- Es una teoría... 

 - ¿Quién? ¿Quiénes?...- Pregunte como pude. 

 - Tengo una gran sospecha, pero no estás preparada para escucharlo.- Me aseguro. 

 - Quiero saberlo.- Dije firmemente. 

 - No aun, créeme, no estás preparada para escucharlo. Cuando sea el momento, y pueda comprobarlo, te lo diré. Pero por ahora no hay nada que pueda hacer.- Dijo aparentando superioridad ante mí.- Recuerda mantener esto en secreto, no queremos que cunda el pánico. Ahora dime Rachelle ¿Mientras viajaban y disfrutaban de sus días soleados notaron algo extraño? ¿Lo más mínimo?- Pregunto cambiando el tema.

Sabía que no le sacaría información así que no insistí, pero la duda me comía por dentro. Le relate todo lo que habíamos vivido en Los Angeles desde el primer al último día y luego de muchas preguntas más me dejo libre para volver a casa. Al salir me encontré con mis amigos esperando fuera junto a sus familias su turno de ser entrevistados.

- ¿Todo bien?- John fue el primero en acercarse. Asenti levemente, ya no podía más con el cansancio. 

 - Rachelle hora de ir a casa.- Dijo mi padre con la mano en mi hombro. 

 - Me quedare a acompañarlos.- Dije alejándome de su agarre. 

 - No Ray, necesitas descansar, nosotros estaremos bien.- Dijo John sorprendiéndome. Negué con la cabeza. 

 - Me quedare a acompañarlos.- Repetí como grabadora. 

 - Rachelle estaremos bien.- John me miro desde su altura.- Te llamare más tarde ¿Si?- Solo asentí y mi padre hizo presión en mi hombro para que avanzara. 

 - ¿Estás seguro?- Me gire a preguntarle. Acaricio mi mejilla y beso mis labios suavemente. 

 - Te amo.- Elevo sus cejas y sonrió ladeado. 

 - Y yo a ti.- Fue lo último que dije antes de alejarme.

Mi madre intento ser amable conmigo y demostrarse tranquila todo el camino hasta llegar a casa, mi padre por otro lado, protesto de todas las formas que pudo. Llegamos a casa y baje rápidamente del auto para correr a encerrarme en mi habitación, no quería escuchar un nuevo sermón de mis padres y mucho menos las medidas que iban a tomar. Me lance en la cama mirando el techo y desee que este fuera el cielo estrellado. Pocos minutos después alguien golpeo la puerta suavemente.

- ¿Puedo entrar?- Era mi madre quien ya había abierto la puerta. No respondí.- Olvidaste tu maleta querida.- Dijo metiéndola en la habitación.- Te traje un té calentito y galletas.- Intento animarme. 

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