Capítulo 28: Un nuevo análisis.

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—Chicos... nada malo va a pasarles —aseguró Seungcheol—. Es sólo una amenaza...

—Nos dices eso estando tú en el hospital con un agujero de bala en tu cuerpo —replicó Seokmin, señalándolo.

—Escuchen, sé que están asustados porque no voy a mentirles... Nosotros igual lo estamos —admitió Jihoon—. Pero deben saber que si estamos juntos nada podrá pasarnos...

—Debemos estar siempre con la guardia en alto, atentos a cualquier simple movimiento —declaró el líder general—. Recuerden que cuanto más se adentran en la tormenta, más fuerte y peligrosa es. Pero una vez que deja de llover y las nubes se dispersan, el sol brilla otra vez...

—Señor, aquí tiene los expedientes de las víctimas —un hombre con bata de médico entró a la habitación y le extendió dos carpetas con papeles a los agentes.

—Muchas gracias —sonrieron los líderes.

—No hay porque, en unos momentos tendremos que llevarlo para hacerle unos estudios y así determinar si puedes regresar a casa o no —anunció el hombre y salió de la habitación.

—Entonces será mejor que regresemos... —comentó Soon Young.

—Sí, pero vayan con cuidado... —suplicó Jihoon.

—Jihoon, tu quédate... quiero hablar contigo antes de que me vaya con el médico —Seungcheol lo miró fijamente y el menor asintió, comenzaba a sospechar que quería hablar.

Esa maldita carta había mencionado el asunto del disparo y ahora Seungcheol lo sabía. Probablemente estuviese enfadado por haberse enterado por medio de una carta y no por su propia boca, aunque quizá no. Tal vez solo estuviese preocupado.

Todos comenzaron a salir de la habitación en silencio, algunos de ellos pensaban en entrenar aún más duro que antes mientras que otros pensaban en huir y esconderse debajo de una roca en cuanto se les diera la oportunidad. Jihoon abrazó con fuerza a Soon Young y éste le devolvió el abrazó de igual forma.

—Por favor, ve con cuidado... —suplicó.

—Lo haré... —asintió sin desprenderse del abrazo.

Cuando la habitación quedó vacía a excepción de Jihoon y Seungcheol, un silencio incómodo (y poco común entre ambos) los invadió. Jihoon no se atrevía a preguntar de que era lo que su novio quería hablar, puesto que ya lo sabía, y Seungcheol esperaba que éste le diera una explicación. Al ver que el menor no iba a hablar, decidió tomar la iniciativa.

—¿Por qué no me dijiste que casi mueres? —preguntó— Jihoon, ¿cómo pasó?

—Cheol... yo no quería preocuparte... —dijo con un hilo de voz— Fue ayer y tu apenas comenzabas a poder hablar y moverte con normalidad. Lo último que quería era preocuparte...

—¿Y cómo crees que estoy ahora? —replicó— Jihoon, no tengo idea quien es este tipo, pero sí sé que nos conoce mucho... saben nuestros nombres y que ellos son novatos. Tienes que cuidarte, no quiero perderte.

—Y yo tampoco quiero perderte y estuve a punto de hacerlo dos veces en tres días —señaló—. Amor, tengo miedo... no sólo por mí. Por todos, debemos encontrar a ese imbécil y detenerlo de la manera que sea.

En la cabeza de Jihoon seguía en pie la promesa que se había hecho mientras Seungcheol estaba inconsciente: Encontrar al causante de esto y acabar él mismo con su vida.

—Jihoon, quiero que regreses a casa y te quedes allí hasta que salga del hospital —pidió.

—No voy a dejarte sólo aquí —negó.

Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora