Prólogo.

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Los pasos de los tres jóvenes resonaban en el pasillo de la gran y silenciosa casa. El ritmo de su caminar era firme, apresurado. Seungcheol, Soon Young y Jihoon habían recibido una llamada de atención por parte de su jefe y debían dirigirse de inmediato a la sala de reuniones en el segundo piso.

Doblaron por el pasillo y comenzaron a subir las escaleras.

—¿Qué crees que necesiten ahora?

Lee Jihoon resopló después de bostezar, era domingo y eran las siete de la mañana, ¿por qué habían sido solicitados a esta hora? Su misión contra los narcotraficantes había terminado exitosamente una semana atrás y habían prometido darles vacaciones.

—Se supone que finalizamos nuestro trabajo hace una semana, ¿recuerdan? Tuve una bala incrustada en mi brazo por cinco horas —frunció el ceño al recordar el terrible dolor que eso le había causado.

—Y yo una pierna herida, Jihoon —recalcó Soon Young mirándolo.

—Jihoon, si el jefe nos llama a esta hora debe tratarse de una emergencia —Seungcheol, el mayor de los tres habló sin quitar la vista de enfrente, sin dirigirle la mirada al rubio más joven quien volvió a resoplar disgustado.

La sala de reuniones se encontraba vacía como el resto de la casa (excluyendo al personal), Seungcheol tomó asiento en la cabecera y los otros a cada lado. El botón plateado frente a Seungcheol que esperaba ser presionado, emitió un pitido cuando la mano del azabache se posó sobre él.

La sala se iluminó con la pantalla holográfica que se alzó en el otro extremo de la mesa, exhibiendo unas explicitas fotos de cadáveres humanos con la cara desfigurada y otros con decenas de marcas de golpes o balas. Los tres chicos emitieron sonidos horrorizados ante esas desmesuradas fotografías.

—Buenos días, agentes —el jefe de los tres apareció en la pantalla, reemplazando las horribles imágenes.

—Buenos días, señor Choi —respondieron los tres a una sola voz, enderezándose coordinadamente en sus asientos.

—Lamento haberlos despertado tan temprano, caballeros —la disculpa parecía sincera—, pero creo que esto amerita de nuestros servicios. Esta semana se han registrado tres asesinatos a médicos, todos de diferentes especialidades; cirujano, forense y traumatólogo. Pero estos no han sido los únicos, hace semanas que viene ocurriendo lo mismo...

—¿La policía no ha averiguado nada? —Soon Young habló con un matiz de confusión y preocupación en la voz.

—Ya no saben dónde buscar, el asesino no deja rastro alguno... —Jihoon se cruzó de brazos, pensativo— No hay huellas dactilares, ni armas homicidas. Nos pidieron ayuda para encontrar al culpable... y bien saben que esto no pasa a menos que estén desesperados.

—Bien, nos pondremos en marcha —Seungcheol se levantó de su asiento, decidido.

—Un momento, S.Coups —el hombre lo detuvo hablando con firmeza—. Esta vez no lo harán solos.

Los tres jóvenes miraron a su jefe sorprendidos. Desde el último año se mantenían cumpliendo sus misiones sólo ellos tres, de manera exitosa, ¿por qué ahora su jefe querría reclutar más gente?

—Hemos decidido que reclutaremos a unos cuantos jóvenes más para que trabajen para nosotros, como ustedes —comentó—. Esto es una misión de alta complejidad ya que no contamos con los datos suficientes para la investigación, y ustedes solos no podrán con todo.

—Señor, hemos podido trabajar por nosotros mismos todo este año y medio —Jihoon se paró de su asiento con lentitud y miró a Seungcheol, quien mantenía las manos apoyadas sobre la mesa. Mirando fijamente al holograma—. Creo que también podremos hacerlo esta vez.

Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora