Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]

Capítulo 37: Jang Do Yoon.

—¿Por qué no vienes por él? —propuso sonriendo— Pero cuida a tus agentes, no quieres que les pase lo mismo que creíste que me pasó a mí, ¿verdad? —Do Yoon levantó su mano derecha y enseñó un pequeño control con lucecitas de colores.

El Ex-agente lanzó al suelo y destruyó el bug de Wonwoo, cuando el micrófono fue destruido soltó un pitido que aturdió a todos los demás.

—¡Todo el mundo! No se mueva de donde está —pidió Seungcheol, aturdido—. Do Yoon tiene a Beanie, y hay una bomba en el lugar —declaró.

Todos los agentes se detuvieron en seco, muchos habían palidecidos francamente asustados, temiendo por su vida y por la de Wonwoo. Quienes estaban en pareja se miraron entre sí, cerrando sus puños fuertemente sobre sus armas.

Seungcheol simplemente tomó su Colt de la mesa y corrió hasta la fábrica, buscando a todos sus compañeros y tratando que el miedo no se apoderara de él; no podía dejar que se repitiera la historia. No lo iba a permitir.

En el camino se encontró con dos agentes y les disparó a ambos sin pensarlo ni una vez. Siguió caminando a toda velocidad por los pasillos, cuidando de no pisar nada que pudiera activar la bomba, no tenía idea donde estaba.

—Todo mi equipo, reúnase en la zona de producción, vayan con mucho cuidado por favor —habló—. Vean donde pisan. Hoshi, Woozi, y los demás reúnanse junto al ascensor y quédense allí, debemos encontrar a Beanie, y sé dónde está la oficina de Do Yoon.

Todos afirmaron haber entendido la orden y con cuidado fueron a sus destinos. Mingyu, Seungcheol y Hansol se reunieron en la sala de producción y alcanzaron a ver como JeongHan y Joshua saltaban de la ventana al pasillo-balcón, les hacían una ceña y corrían rápidamente a reunirse son los demás.

—Hay que encontrar a Do Yoon y acabar con él de una maldita vez —dijo Seungcheol—. Si lo ven, nadie lo toque... yo voy a encargarme —anunció a todos—. Aún hay personas aquí, los quiero a todos muertos, acabaron con mi paciencia.

Seungcheol movió la cabeza y les indicó que lo siguieran, los tres tenían expresiones serías en sus rostros. Podría decirse que hasta oscuras, temibles.

El lugar estaba en silencio, solo se oían sus pasos y golpes a quienes se les acercaban con malas intenciones. Más de un agente contrario terminó sin vida en el suelo gracias a diferentes miembros de diferentes equipos, en ese momento ninguno tenía piedad contra los cómplices de Do Yoon.

Todos se reencontraron junto al elevador y ninguno tenía buena cara.

—Do Yoon, Young Jin y Beanie están en la oficina del Do Yoon —declaró—. Parece que la bomba es falsa, no hay indicios de explosivos. Pero vayan con cuidado, puede estar en el suelo, en las paredes, en cualquier lugar —resopló—. Síganme.

Todos caminaron detrás del líder mirando hacia todas partes, totalmente alerta de cualquier movimiento o ruido fuera de lo normal. No tardaron mucho en llegar a la oficina del asesino; Seungcheol llevó un dedo a su boca y les hizo una seña para que Soon Young y su equipo entraran con él.

De una patada, Soon Young abrió la puerta y entraron, apuntando con sus armas a Do Yoon, quien los esperaba sentado tranquilamente detrás del escritorio; ni Wonwoo ni Young Jin estaban allí.

—¿Era necesario tanto ruido para entrar? Mi cabeza comienza a doler —se quejó el ex-agente.

—¿Dónde mierda está mi agente? —gruñó Seungcheol, recargando su arma.

—Seungcheol, Seungcheol... llevamos años sin vernos, ¿no vas a saludar a tu mejor amigo? —rio, levantándose de su asiento con los brazos abiertos como si esperara un abrazo.