Capitulo 30: Mensaje subliminal.

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Jeon Young Jin trató de escapar en cuanto los tres agentes apuntaron sus armas hacia él. Pero fue totalmente en vano, Soon Young lo retuvo y terminó por esposar sus manos detrás de su espalda.

—Ahora, señor Jeon... tendrá que acompañarnos —dijo mirándolo fijamente—. Dino, The8, ambos irán en el asiento trasero con él. Vamos a tener una pequeña charla cuando lleguemos a destino.

—No voy a decirles nada, no importa lo que hagan, no pienso abrir la boca —gruño mientras MingHao lo empujaba fuera de la tienda.

—No importa si hablas o no, de todas maneras, iras a la cárcel unos cuantos años —replicó Chan—. Tenemos pruebas en tu contra y una orden de arresto a cumplir.

Chan y MingHao se subieron a la camioneta, dejando al cómplice entre ellos. Hoshi les pasó un pañuelo para cubrir sus ojos; no podían arriesgarse a que sepa donde se encontraba la sala de interrogatorios de la O.S.P. Diez minutos más tarde, el líder habló.

—Hey, Jun, ¿todo en orden por allí? —preguntó, activando su bug.

—Todo en perfecto estado —respondió rápidamente—. ¿Y por allí?

—Igual, ¿puedes abrir las puertas? Estamos llegando —anunció.

—Claro.

Jun, presionó el botón del mando a distancia para abrir la puerta y pocos segundos más tarde vio como la camioneta de Soon Young entraba al lugar. Rápidamente cerró la puerta.

Los dos más jóvenes del equipo hicieron que el hombre bajara y lo llevaron hasta la sala de interrogatorios en el galpón. Cuando la venda fue retirada y las esposas fueron quitadas de las manos del Young Jin (ya que debían esposarlo a la mesa), éste logró dar un rápido movimiento y golpear a Chan en la mandíbula, haciendo que el chico trastabillara hacia atrás. Si Junhui no lo hubiese sujetado, hubiera caído al suelo.

Hoshi, alerta, sacó su arma y recargó llamando la atención del cómplice. No pensaba disparar a menos que sea necesario.

—¡The8! —exclamó, y el menor de los chinos derribó de una patada al hombre, dejándolo totalmente adolorido. Soon Young se acercó a él, y con ayuda del chino lo levantó y lo sentó en la silla.

—Intenta volver a pasarte de listo, y no lo cuentas —amenazó, poniéndole seguro al arma y esposando sus manos a la mesa—. Dino, ¿estás bien?

—Sí, hyung —asintió, frotándose el lugar golpeado.

—Ya les dije que de mi boca no saldrá nada —gruñó.

—Tampoco saldrás tú de la cárcel en unos cuantos años si no hablas ahora —espetó Junhui.

—De todas maneras, iré a la cárcel.

—Si hablas, tal vez la condena sea reducida por cooperación —comentó Soon Young—. Dinos, ¿para quién trabajas?

El hombre se quedó en silencio, sin mover un sólo músculo de su cuerpo. Definitivamente no hablaría.

Espero que haya lugar para ponerse cómodos, esto será largo —dijo MingHao, recargándose en la pared.

¿La tortura no es una opción? —bromeó Junhui.

—En lo absoluto —negó el líder. Aunque, si el hombre no hablaba, comenzaría a considerarlo.

[...]

—Bien, ¿qué le pasó a tu camioneta? —preguntó Seungcheol, sentándose—. Sé que intentaron dispararte, pero... ¿qué tiene que ver la Land Rover con eso?

Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora