Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]

Capítulo 33: Preocupaciones.

—¿Cómo harán para encontrarlo? —Seungkwan se armó de valentía para hablar antes que el resto.

En la sala de reuniones había quedado un ambiente realmente tenso, el enojo y el miedo estaba en el aire; casi igualaba a la cantidad de oxígeno.

—No lo sé, pero vamos a hacerlo. De esto estoy seguro —comentó Seungcheol—. Pero ahora será mejor que nos vayamos todos a la cama. Debemos descansar y mañana, todos ustedes deberán seguir entrenando.

Todos asintieron y comenzaron a irse a sus habitaciones sin decir nada. Jihoon y Seungcheol se metieron a la habitación del segundo.

—Si encontramos el paradero de Do Yoon, tu no irás —dijo Jihoon—. No puedes hacerlo estando de esta manera, no vas a recuperarte rápido si sigues moviéndote de un lado por la casa y menos aún si vas a una misión. Recuerda las reglas, Seungcheol —advirtió antes de que el mayor pudiera decir algo. Seungcheol alzó las cejas.

—Voy a ir —afirmó—. No me importa si rompo la regla del reposo, no me importa si luego me quitan el puesto de líder general y se lo dan a otro. Yo solo quiero evitar que Do Yoon siga saliéndose con la suya.

—No, Seungcheol. No puedes ir, no puedes arriesgar tu vida de esta manera.

Jihoon comenzaba a temer otra vez por la vida de su novio. Sabía lo obstinado que era y que haría todo lo posible por ir. Pero el menor de los dos podía ser el doble de terco que si quería.

—No voy a permitir que vayas —negó, cruzándose de brazos frente a él—. Estuve a punto de perderte dos veces, no quiero que haya una tercera y vencida —tragó saliva, queriendo llorar de tan sólo imaginárselo.

—Jihoon, no puedo quedarme aquí haciendo nada, ¿entiendes? —dijo comenzando a caminar de un lado a otro en la habitación— Ya oíste a Do Yoon, esto es mi culpa...

—No empieces otra vez, amor —suplicó.

—No, no voy a empezar a culparme sin razón... —negó— Tal vez tu tengas razón en que no fui el culpable de la muerte de MingMing y Samuel, pero está claro que fui el culpable de esto. Oíste a Do Yoon, él tiene razón, debí volver por él y asegurarme de que estuviera bien.

—¡Ya basta, Choi Seungcheol! —exclamó exasperado. El mayor detuvo su caminar para mirarlo, sabía que cuando Jihoon lo llamaba por el nombre y apellido, era porque en verdad estaba enfadado con él. Era como una madre— Tú no tienes la culpa de nada, ¿entiendes? —lo señaló— Ya no sé qué diablos hacer para que te entre esto en la cabeza: todo lo que tú has hecho, lo has hecho pensando en nuestro bien, protegiéndonos, cuidando nuestra vida. Siempre has puesto por delante la vida de los demás antes que la tuya. Eres un hombre, amigo, novio y líder asombroso —Seungcheol sonrió un poco, enternecido—. Todo lo que pasó fue algo que pudo haber pasado incluso si yo era el líder, o si lo era Soon Young o incluso si era alguno de los otros chicos... no lo sabemos. Pero es algo que se nos fue de las manos a todos, tú no tienes la culpa. Quiero que dejes de culparte por cada cosa mala que nos pasa, tú no tienes la culpa de nada. Do Yoon simplemente enloqueció después de aquello y...

Seungcheol tomó la cara del menor entre sus manos y pegó sus labios contra los del otro, callándolo. Sus labios danzaron lenta y delicadamente durante unos cuantos segundos hasta que se separaron y el líder general junto sus frentes.

—No grites —dijo riendo un poco, el menor había comenzado a alzar la voz en su discurso y esa había sido la mejor forma de callarlo que había venido a su mente—. Los chicos están descansando.

—A eso es a lo que me refiero —sonrió—. Incluso ahora, donde todos estamos a salvo, sigues preocupándote por los demás —suspiró—. Y como te decía... Do Yoon enloqueció después de la explosión y quiere matarnos, tu no podrás moverte con agilidad estando de esta manera —miró el lugar de su herida—. Y si es necesario voy a esposarte, atarte o pegarte a la cama para que no vayas. E incluso pondré cadenas y candados a la puerta —advirtió alzando las cejas—. El que avisa no traiciona, Seungcheol —canturreó antes de besar la punta de su nariz—. Que tengas buenas noches, cariño.