Capítulo 4: Segundo reclutamiento.

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—¿Dónde vive...? —Seok Min se quedó pensativo, no sabía el nombre de aquel chico por el que iban.

—JunHui —respondió—. Pon esta dirección en el GPS, él nos guiará.

Jihoon le extendió su teléfono con la dirección de la casa del chino, y el menor acató su orden.

Distancia de 2,4 kilómetros por avenida principal —la voz femenina del aparato indicó el camino con tono irritantemente robótico.

No estaba tan lejos como Jihoon creía y llegar les tomó menos tiempo del estimado. JunHui vivía en un edificio de diez pisos, según la información que él había dejado su departamento era el 12C en el cuarto piso.

—A partir de este momento y hasta que regresemos a la casa, tú serás mi asistente, ¿entendido? —Jihoon habló con seriedad y sin mirar al nuevo miembro de su equipo, mientras mantenía la vista fija en la puerta del edificio—. No hables si yo no te lo pido y no hagas nada si no te lo pido tampoco. Lo único que me falta es que metas la pata por algún comentario.

—De acuerdo —asintió.

—Ahora, has guardia... debo abrir la entrada —Jihoon tomó un alambre de cinco centímetros de extensión de su auto y se dirigió a la puerta de cristal.

—¿No es mejor llamar al timbre? —preguntó con confusión, abrir la puerta de aquella manera les tomaría varios minutos.

—Tal vez lo sea, pero así no es divertido —respondió el rubio con una pizca de diversión en su voz.

—Pero esto nos tomara varios minutos, si tocamos el timbre y...

—Listo —interrumpió Jihoon.

Seok Min, quien había permanecido mirando a todas partes haciendo de vigía, volteó francamente sorprendido. Aquella velocidad había sido impresionante.

—Entremos —ordenó empujando la puerta.

El pequeño recibidor del edificio estaba adornado con dos sillones blancos, una mesa ratona y un florero. El mostrador del recepcionista estaba vacío. Seok Min se adelantó y presionó el botón del ascensor para llamarlo.

—Iremos por las escaleras —declaró.

—Pero es más rápido por el elevador —protestó.

—Regla número uno: en una misión, nunca subes por el elevador. —Alzo uno de sus dedos y señaló en dirección a las puertas metálicas de este luego comenzó a subir las escaleras— Nunca sabes si alguien puede estar esperándote cuando las puertas se abran en el piso destino o si alguien te está rastreando y sabe que estás ahí como para cortar la electricidad y retenerte. Tal vez los tipos malos te esperen arriba y cuando las puertas metálicas de abran mueras acribillado y convertido en colador; o tal vez sobrevivas, pero termines muy mal herido.

—De verdad, no estás ayudándome con esto de intentar adaptarme a esta nueva vida —comentó, horrorizado—. Además, creí que la primera regla y sus incisos hablaban sobre obedecer las órdenes de los superiores.

—Me es grato saber que leíste las reglas como te lo pedí —sonrió—. Pero estas reglas son las básicas, las lógicas. No están escritas en ningún papel porque no hace falta... cualquier persona con dos dedos de frente podría saberlo.

—¿Y qué hay si se trata de un escape? ¿No es más lógico usar el ascensor para llevar lo que sea que tratabas de recuperar o salvar, de manera segura hasta la salida? —inquirió.

—En ese caso, tienes que estar seguro al cien por cien que todos están detrás de ti y tus compañeros —Seok Min escuchaba atentamente a las palabras del mayor—, así no habrá posibilidades de que algo o alguien obstruya tu salida.

Los Reclutas (Seventeen) [1ra Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora