31. Que alguien me ayude
Abrí los ojos con grandeza después de aquél sueño. No podía creer lo que acababa de ver en mi mente. A Derek y Laura de pequeños, la casa Hale sin ser quemada, a su madre Talia... Se sintió tan real, hasta creía que ese era un verdadero recuerdo. Era demasiado por digerir.
Tanto que ni me di cuenta que no estaba en casa, en mi cama. Sino en el medio del bosque, en el medio de la noche, con mi musculosa gris y shorts rosas. Una brisa pasó a mi lado, me dio escalofríos. Estaba demasiado desabrigada y en el medio del bosque. Me abracé a mí misma con intención de mantener el poco calor que me quedaba en mi cuerpo. Empecé a caminar, con lentitud ya que estaba descalza y no quería clavarme ninguna rama. Sin mencionar que el estar sin zapatos me hace tiritar.
Recuerdo haber vuelto a casa después de enterarnos por Derek que la criatura que mató al padre de Isaac y el mecánico era un Kanima. Stiles y yo empezamos a investigar. No encontramos mucho, algunas leyendas sobre esas criaturas (que las llamaban hombres jaguar aunque de jaguar no tenían nada) que iban tras asesinos. Pero aparte de eso, nada que nos ayudase a averiguar quién es ni cómo detenerle. No era una criatura muy popular.
Seguí caminando, tenía que llegar a la carretera para saber cómo volver a casa. Pero el tema es que no sé si estoy yendo por el lado correcto.
De repente escuché una rama partirse. Pero yo no la había pisado. Me giré al oír el ruido. Estaba muy oscuro y todos los árboles parecen iguales, me era imposible intentar de encontrar a alguien allí.
—¿Ho-hola? —tartamudeé a causa del frío en mi cuerpo—. ¿Hay... A-alguien ahí-í?
Nadie respondió. Me estaba congelando, debía encontrar algún abrigo o algo antes de morirme de una hipotermia.
Cuando me di la vuelta choqué contra un cuerpo. Por suerte, no caí hacia atrás. Mi corazón latió a mil por la sorpresa y por la posibilidad de pensar que estaba en el bosque con un asesino psicópata (no sería la primera vez). Pero por suerte, sólo era Derek.
—¿Qué diablos haces aquí, Sarah? —gruñó él mirándome con el ceño fruncido. Abrí la boca para contestarle pero nada salió de mis labios, solo un gran tartamudeo que ni un hombre lobo podría entender. Derek se sacó su campera de cuero—. Aquí tienes —colocó la chaqueta sobre mis hombros. Eso me dio un poco de calor.
—Gra-gracias —murmuré.
Derek negó con la cabeza, no sé si era su forma de decir "de nada" o si lo hacía como signo de decepción al encontrarme ahí a esa hora de la noche. Por unos segundos sentí el calor de la prenda sobre mis hombros y pecho, pero el mismo desapareció cuando otra brisa, un poco más potente que la anterior, pasó a nuestro lado.
Derek suspiró — Ven aquí —indicó acercándome a él. Sin esperármelo, me abrazó. Pude haberme reído, ya que él nunca hizo algo por el estilo desde que nos conocemos, pero era tan cálido su abrazo que dejé pasar tal hecho. Refugié mi rostro en su pecho, sus brazos se enrollaron detrás de mi espalda manteniéndome abrigada.
—Eres tan caliente —susurré. Después reconsideré lo que dije y alcé la vista abriendo los ojos con grandeza—. No me refiero a que seas atractivo, aunque sí lo eres y mucho. Es decir eres como un dios griego. Uno bastante gruñón... Pero no me refiero a este tipo de caliente. No, no, más bien refiriéndome que tu cuerpo es como una estufa. —Derek alzó una ceja.
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Stilinski Twins [Teen Wolf]
Fanfic"¿Quién necesita un superhéroe cuando tienes un hermano?" Cuando hermano y hermana se unen, hombro com hombro, nadie les puede ganar. Sarah no pensaba que tener de amigo a Scott y de hermano a Stiles traería problemas. Es decir, sí los dos siempre s...