28. Me gano el título de "Mamá de la manada"

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28. Me gano el título de "Mamá de la manada"

—Te lo dije. Justo entré al lugar y vi el Jeep sobre el tipo —repitió Stiles. Estaba sentada a su lado, en los escalones de la ambulancia, con una manta envolviéndome, mirando al suelo. Aún sintiendo los gritos del mecánico en mi mente.

—¿Y tú, Sarah?

Al escuchar la pregunta de papá, alcé la mirada. Él me miraba calmado. No sé cómo me vería en ese momento, tal vez mi pelo desordenado, muy quieta por los efectos de la toxina, mis ojos algo vidriosos... No lo sé, pero sí sé que papá nota cuando estoy mal. Y ahora mismo lo sabe.

Negué con la cabeza ante su pregunta. Todavía me costaba mover el área de la mandíbula, con suerte pude saludarle cuando llegó a la escena. Él apretó los labios, asintió y luego desvió la mirada.

—Oigan, si piensan que hay algo que no pueden decirme...

—¿Crees que estamos mintiendo? —cuestionó Stiles al instante. Le miré con las cejas algo alzadas. Papá negó con la cabeza.

—No. Claro que no. Sólo estoy preocupado por ustedes —respondió papá—. Ahora, si vieron alguien hacer eso y tienen miedo de que vuelva y se asegure de que ustedes no digan nada... —papá clavó su mirada en mí. Tal vez él creía que yo había tenido un encuentro con el asesino, cuando simplemente estuve paralizada en el suelo escuchando las últimas palabras salir de la boca de aquél pobre hombre.

—No vimos nada —interrumpió mi hermano. Asentí levemente. Papá le miró con una expresión que no comprendí, luego me observó a mí. Negué con la cabeza.

—No vi nada —susurré desviando la mirada después de lograr que esas palabras salieran de mis labios. Él asintió levemente.

—¿Podemos irnos ahora? —preguntó Stiles menos cortante. Papá se levantó de los escalones de la ambulancia.

—Seguro. Pero no con el Jeep. Tendremos que quedárnoslo —Stiles bufó y rodó los ojos. Abrió la boca listo para quejarse pero papá le interrumpió—. Lo siento, chico. Es evidencia. Los veré en casa.

—¡Al menos haz que la laven! —gritó mi hermano como última petición. Aunque dudo que hagan tal cosa.

Me quité la manta de encima con lentitud. Stiles me ayudó a levantarme, aún me costaba mantener el control sobre mis piernas. Por suerte, Stiles ya tenía toda la motricidad de su cuerpo. Le había pedido que llamase a Scott para contarle lo que acababa de ocurrir. Podíamos verle en el auto de Melissa esperándonos a un lado. Stiles y yo caminamos hacia ahí. Él me ayudó a entrar en el asiento trasero, el cual era mucho más cómodo que el del Jeep.

—¿Están bien? —preguntó él después de que Stiles se sentara en el asiento del copiloto.

Scott me miró con un poco de preocupación a través del espejo retrovisor. Uní nuestras miradas unos segundos, asentí levemente intentando ocultar que estaba algo shockeada aún. Los gritos del hombre no dejan de sonar en mi cabeza. Nunca he escuchado a alguien morir delante de mí. No es una experiencia agradable.

—Tenías razón —dijo Stiles—. No es como tú. Quiero decir... Sus ojos eran como reptilianos. Pero había algo en ellos...

—¿A qué te refieres?

—Es como si estuvieras viendo a un amigo en una máscara de Halloween, pero todo lo que puedes verle son los ojos. Y sientes que lo conoces pero no sabes quién es —explicó Stiles con aire pensativo, ocurriéndole recién aquella metáfora.

Stilinski Twins [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora