Todo pasa por algo...(editando y será continuada)

Capítulo 4

Chicas espero que disfruten el capítulo, próxima actualización ...jueves.

Foto de Jaxon.

Stuard y Jaxon se encontraban bebiendo un par de cervezas. Acababa de ganarle al rubio por milésima vez. Stuard me tendió la paga. Sonreí con suficiencia ante el rostro insatisfactorio de Jaxon.

-Recuerda que la última vez te gané morena.

-Una de muchas.

-Como quieras.

Ambos chicos me ignoraron para continuar su conversación. Mi madre no me había vuelto a hablar desde ese día. Mi padre seguía en su viaje de negocios y Luke solo estaba decepcionado. Tenía que entender que ya no era la chica de antes.

Me parecía extraño que el mecánico que no hubiera venido. Jaxon debía de haberle dado su auto antes de venir a los piques. La última vez que lo vi me dejó con muchas preguntas. Pero la que más rondaba en mis pensamientos era una. ¿Sería capaz de salir sola del agujero en que me estaba metiendo? No lo sabía.

Jaxon metió la mano en uno de los bolsillos de su chaqueta. No era un porro cualquiera. Abrí los ojos al ver que fumaría marihuana. Stuard lo siguió. Quise gritarles pero luego vi que no había problema. Era un país libre.

-¿Podría darle una calada?-pregunté.

Stuard abrió sus ojos sorprendido.

-Elena, pensé que no fumabas. Ni siquiera utilizas cigarrillos comunes.

-Hace mucho que solo me decías Victoria.

-Chica, hablo en serio.

Lo miré seria.

-Puedo darte una probada morena.-habló Jaxon.

Sonrió de lado y me indicó que me acercara a él. Lleve el porro a mis labios temerosa. El rubio me envió una mirada desafiante. Quería provocarme. Sonreí divertida y me lo llevé a los labios. Sensaciones de alivio junto con una tos asquerosa me invadieron.

-Prueba de nuevo.-insistió.

Volví a darle una calada junto con otras más. Stuard me tendió una cerveza. Desde que murió no había sentido tanto alivio, reí ante una tontería. Mis músculos se encontraban relajados y mi cuerpo ardía en calor.

-¿Por qué el mundo es tan cruel?-pregunté al rubio.

-La vida es así morena.

Tomé uno de los mechones blancos que caían sobre su frente. Desde cuando Encontraba a Jaxon ardiente. El piercing que llevaba en su labio me hacía querer besarlo. Debía de estar loca o drogada. Sí, estaba drogada.

Una carrera de motocicletas comenzó. Me senté en los muslos del teñido mientras el besaba mi cuello. Stuard comenzó a atender el puesto de las apuestas. Rodé los ojos, las motocicletas eran increíbles pero no tanto como los autos, aunque jamás había subido a una. El recuerdo del mecánico interrumpió mis pensamientos, él tenía una.

Jaxon comenzó a deslizar la palma de su mano por mi abdomen. Reaccioné, alejé su cuerpo de un empujón y caí al suelo. Los ojos del rubio estaban teñidos en sangre. Los míos debían de lucir igual.

-¿Qué te sucede morena?-frunció el ceño.- Deja que te meta mano, te haré disfrutar.

-¡Idiota oxigenado! Jamás caería tan bajo.

-Hace unos momentos lo hiciste.-contestó molesto.

Un mareo me invadió, caí. Jaxon se colocó sobre mi. Mis ojos se abrieron como platos al sentir como besaba mi cuello. Joder, traté de alejarlo. Deslizó sus manos hacia el broche de mi sujetador por debajo de mi blusa violeta ajustada, tomó uno de mis pechos. Comencé a gritar.