Todo pasa por algo...(editando y será continuada)

Día perfecto JA, si claro

Capítulo corregido

Corrí como si Freddy me persiguiera hasta llegar a mi destino. Pero estaba muy tarde, seguí mi camino hacia las aulas. No podía ser cierto, me tocaba la peor hora del día y mi peor materia, con Bolson el profesor de matemáticas más cruel, estricto y vil de la historia. Que no hay llegado, que no haya llegado rogué a la nada, miré por la ventanilla de la puerta y ahí estaba. Su verruga de 10 metros y su pansa de tamaño del planeta tierra toda regordeta. Me iba a mandar a la dirección, estaba casi segura. Toqué la puerta temerosa.

-¿Diga?-preguntó girando con el ceño fruncido.

-Disculpe la tardanza profesor.

-Querida Elena...¿Es la primera vez que llegas tarde?

-Sí.-dije sin mentir.

Pasé tomando con seguridad mi mochila.

-¿Quién te dijo que pases?

-U-usted.

 La voz chillona de Alisson resonó por todo el aula.

-Profe tiene que ser justo no hay preferencias.

-Cállese señorita Olson.-contestó frío. Sonreí satisfecha.

-¡Usted qué mira! Elena a su sitio. Eso si, te quedas a limpiar el exterior del patio.

-P-pero...

-Pero nada ahora atiende.

Miré a Alisson que me miraba con burla. No entendía que le veían los hombres, su hermoso cabello rubio hasta el piso que se parecía al de Rapunzel o sus ojos verdes. Rodé los ojos, todo el mundo sabía que eran de contacto y que ella estaba operada por completo, no sabía donde  tenía algo que fuera natural.

Al rato sentí un golpe contra mi cabeza. Volteé y vi un papel en el suelo, lo abrí."¿Qué pasa pequeña estas bien verdad?" Volví a girar mi cabeza hacia mi amiga, le levanté el dedo pulgar a Molly. Sonó el timbre y fui al patio con ella .

-¡Ya dime Elena!-exigió.

-No sucede nada...¡Molly!

-Claaroo... y yo soy Angelina Jolie.

-Es solo que estoy cansada...-mentí.

-Más te vale no mentirme Ele.

-Tranquila capitana, no te mentiría.

-Te dejo con tu Romeo.-dijo antes de desaparecer.

Miré confundida viendo como sus pasos se alejaban. Sentí una mano sobre mi hombro. Los ojos claros de Evan, su barbilla recién rasurada y su cabello rubio totalmente arreglado aparecieron a mi vista. Me dio una de sus dulces sonrisas. A veces me sentía mal por no quererlo de la misma manera que él lo hacía.

-Cielo.-dijo dándome un pequeño beso sobre los labios.-¿Qué tal tu día?

-Bien ¿Tú?

-Perfecto cuando te vi.

Solté una pequeña risa. Definitivamente este no era mi día. Como decía Molly. Día perfecto JA, si claro. Después de todo, no había podido desayunar de la manera en que estaba acostumbrada, habían intentado abusar de mi y me habían  impuesto un castigo.

-Gracias. Me tengo que ir.

-Te veo luego.

La tarde se pasó lentamente, me tocaba limpiar el patio. Ya me estaban doliendo los brazos de tanto limpiar cuando unos fierros del cuarto de limpieza me cayeron encima. Genial ese día no podía ser peor. Me limpié la sangre de la pierna y partí a mi casa.