Sofia parpadeó en silencio mientras contemplaba el rostro aterrorizado pero expectante de Marco. No podía hablar, porque lo que estaba sintiendo por él en su corazón, en su mente y en su alma no podía expresarse con palabras. Una y otra vez abrió la boca para decir algo, algo trascendental o profundo, pero su confesión la había dejado sin palabras.
«Me ama.»
—Marco —susurró al fin, cerrando los ojos—. Yo también te amo.
Él le acarició el cuello, recorriendo con ternura su piel mojada con la punta de los dedos y deteniéndose sobre la vena que So sabía que le estaba latiendo como loca.
Marco fijó la vista en su clavícula.
—Mi Melocotones —dijo, antes de darle un suave beso en el cuello—. Eres mía —añadió, con los labios pegados a su mandíbula.
Ella asintió, frotando la mejilla con la suya. El roce de su piel hizo que varias partes de su cuerpo se retorcieran y se contrajeran subyugadas.
—Toda yo —susurró apasionadamente.
—Dios —murmuró Marco junto a su oreja—. Es tan... no encuentro palabras.
No las necesitaba.Ella lo entendía perfectamente. El suyo era un amor más allá de las palabras, más allá de la razón, más allá incluso de ellos dos. Era algo indescriptible, inexplicable, pero irrompible, inquebrantable. Su conexión, su lazo, llevaba fortaleciéndose catorce años.
Aunque no se conocían y llevaban sus monótonas vidas por separado, habían seguido formando parte de un todo; una parte silenciosa pero esencial que no desaparecería mientras ellos vivieran.
Ninguno de los dos podía detenerlo ni ocultarlo.
Ella sintió un arrebato de fuerza extraordinaria. La declaración de Marco le había provocado un ataque de adrenalina que le corría por las venas, calentándola por dentro.
Era una sensación muy agradable e inspiradora, una que llevaba mucho tiempo sin sentir. En ese momento, con élentre sus brazos y llena de determinación de la cabeza a los pies, se sintió imparable.
So se apartó el edredón de los pies. Se estaba asando de calor y, aunque notar el cuerpo de Marco pegado al suyo era muy agradable, necesitaba refrescarse un poco.
Tras mirar la hora en el reloj de la mesilla, se levantó de la cama donde ambos llevaban cinco horas durmiendo. Se quitó la camiseta y bajó el termostato de temperatura sauna a calientita. Fue al baño a echarse un poco de agua fresca por la cara.
Empezó a sentirse mejor. Con un vaso de agua en la mano, volvió a la cama, donde Marco seguía tumbado boca arriba, sólo con los bóxeres. So sonrió al ver que él también se había librado del edredón. Su musculoso torso subía y bajaba de manera hipnótica al respirar.
Cuando ella se tumbó a su lado, él abrió un ojo y se pasó la mano por el pecho.
—Hola.
Marco se volvió hacia ella con cara de adormilado, la piel marcada por las arrugas de la almohada y sonriendo perezoso.
—Hola.
—¿Cómo está tu corazón?
Él le cogió la mano y se la llevó al lado izquierdo del pecho.
—Dímelo tú —respondió, sin rastro de sueño en la mirada.
So se mordió el labio.
—Acelerado.
—Como siempre cuando tú estás cerca.
Sofia buscó la muñeca de Marco e hizo lo mismo, colocando su mano sobre su seno izquierdo. Lentamente, él se apoyó en el codo y la observó maravillado, como si fuera un niño pequeño.

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Debt of love--Marco Reus
FanfictionCuando la vida te arranca lo que más amas o nunca te da nadie a quien amar. Ella tiene el corazón roto por el dolor de perder una familia. Él intenta sobrevivir a la falta de cariño y al rechazo de todos incluidos aquellos que debieron amarlo ...