4. Nuevo equipo

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El resto del camino hacia nuestras habitaciones fue en total silencio. No lo sentía incómodo, aunque deseaba poder llegar rápido para poder dormir tranquilamente y descansar algo, ya que tenía poco chakra por usar varias veces el Seisujikan.

Divisé dos puertas a lo lejos e, inconscientemente, ambos caminamos más rápido hacia éstas. Al llegar, me detuve en seco para que Sasuke me indicara cuál era la mía.

—La tuya es la de la derecha —respondió a mi duda—. Buenas noches.

Y dicho esto, entró en su dormitorio sin más, dejándome confundida por su repentina huida. Ignoré aquel hecho y entré a la que sería mi nueva habitación. Arrojé mi mochila a una esquina y caí sobre la cama. Había imaginado miles de veces mi vuelta a esta dimensión, pero en ninguna imaginé que sería rechazada por el chico del que una vez estuve completamente enamorada... Bueno, del que estoy.

Con pesadez, me levanto de la cama y saco un bote de mi mochila. Tomo un antidepresivo y vuelvo a recostarme. Sinceramente, el dolor ha vuelto a mí, y el doctor me comentó que debía tomármelas cada que el dolor volviera.

(...)

Abro los ojos, asustada. No sé en qué momento me dormí, pero sé que no fue hace mucho. Me giro sobre la cama, encontrándome con un azabache sonrojado. Lo miro a los ojos esperando una explicación; pero más que una explicación, me da una acción. Se tira sobre mí y me acorrala contra la cama. Me observa unos minutos y, gracias a los efectos secundarios del antidepresivo, tomo su nuca. Tiro de él hacia mí y estrello mis labios con los suyos, fundiendo mi pasión en beso que estuve esperando durante varios años. Él apoya su peso en un codo y me toma de la cintura con su mano restante. Juega con la comisura de la blusa que tengo puesta y la sube hasta dejar mi abdomen al aire. Juego con su cabello unos segundos; luego, paso mi mano por su cuello hasta su abdomen y lo acaricio con lentitud. Bajo un poco más mi mano y él gruñe, haciendo que una sonrisa mía escape de mis labios.

Nos separamos por falta de aire y después de una bocanada, vuelve a besarme. Este beso es más corto, solo para volver a sentir mis labios sobre los suyos. Abandona mi rostro y continúa su camino de besos por mi cuello. Ignora mi poco desarrollado busto (no tanto como el de Sakura) y llega a mi vientre. Deposita varios besos en aquel lugar, haciendo que mis hormonas se alteren y pidan por más. Miro en la dirección en la que se encuentra Sasuke besándome, con las intenciones de llevar mis manos hasta su cabello y tomar el control del camino que sigue; pero, justo cuando miro en su dirección, noto un destello blanco en mi pecho. Detengo mi entrecortada respiración al notar que se trata del collar de Naruto. De golpe, me siento en la cama y empujo a Sasuke lejos de mí, aunque no tengo muy claro el por qué. Su pecho sube y baja más rápido que él mío; pero aun así, en ambos se nota la pasión y deseo del momento.

Paseo mi mirada de su rostro sonrojado hasta su pecho desnudo. Noto que niega con la cabeza y luego se acera. Me toma de la nuca y deposita un beso en mis labios. Después, se levanta de la cama para dirigirse a la puerta. Cuando se encuentra en la entrada de la habitación, se detiene y me mira; luego, dice:

—Descansa, ______.

Sin poder responderle, sale de mi dormitorio, dejándome otra vez sola. Cierro mis ojos con fuerza y me tiro sobre el colchón. Coloco mis manos detrás de mi nuca. Miro el techo y comienzo a hacer una lista mental de las cosas que tengo como objetivos a corto plazo: «Primero, saber en qué fecha estoy. Si es antes del secuestro de Gaara, me gustaría verlo una última vez.

»Segundo, viajar mentalmente a la otra dimensión, poseer a alguien y utilizarlo para saber más información de la historia.»

Mis ojos se cierran antes de que complete mi lista, y todo por culpa del cansancio.

(...)

Me despierto y no me sorprendo al estar rodeada de paredes rocosas. Me levanto y noto que hay unos harapos marrones al pie de la cama; encima de estos harapos, una nota. Tomo el pedazo de papel entre mis dedos y leo:

«Lamento que no haya ropa de chica aquí, solo encontramos esto. Cuando estés lista, ve a la oficina de Orochimaru.

—Kabuto.»

Hasta en su escritura se nota el odio que me tiene.

Me quito la ropa de la otra dimensión y la guardo en mi mochila con el único objetivo de quemarla después. Luego, me coloco los harapos marrones que terminan siendo un short de tela elástica, una blusa del mismo color algo rota, una camisa de manga corta tipo red (común aquí), medias del mismo tipo y unas botas negras (parecidas a las que usaba de niña). Me coloco mi armamento y escondo el collar debajo de las dos blusas que llevo puestas. Finalmente, salgo de mi habitación.

Cuando llego a la oficina de mi nuevo «jefe», entro sin tocar. Me encuentro con los tres hombres que estuvieron al mismo tiempo que yo el día anterior en este mismo lugar; sin embargo, hay un chico más. Éste se gira y me topo con sus ojos verdes que me recuerdan tanto a nuestro pasado.

—Moitse.

El nombrado por mí sonríe, lo que causa que sienta náuseas. Lo miro fijamente y camino hasta encontrarme al lado de Sasuke.

—Mis sinceras disculpas, ______ Hatake —habla Orochimaru—, por no haber encontrado mejor ropa. —No respondo—. Ahora, creo que deberías mostrarme tus habilidades.

—¿No se las mostré ayer? —pregunto, cruzándome de brazos.

—Sólo síguenos —me ordena Kabuto.

Salimos de la guarida y caminamos por varios minutos los cinco juntos. Luego, llegamos a un claro en el campo.

—También quiero que veas las habilidades de Sasuke —comenta el sannin.

Hace una señal con la mano y, de entre los árboles, salen cientos de hombres armados. Miro con gracia la escena. «¿Qué pretendes, maldita serpiente?».

—Sasuke eliminará a todos ellos —le ordena al Uchiha—, y tú lo ayudarás.

Suelto una carcajada al instante. Las cuatro personas me miran y me cruzo de brazos.

—¿En serio cree que Sasuke necesita ayuda contra ellos? —pregunto.

—No —responde con firmeza—, pero antes, tú y él eran compañeros de equipo. Deberían acoplarse perfecto a la situación.

Miro a mi Uchiha, que mira con indiferencia a los que combatirá próximamente.

—Sólo hazlo —me ordena el que miro.

Su tono de voz ha cambiado y siento algo en mi garganta subir. Su comportamiento ha cambiado. Por un instante, pienso que es por lo de la noche pasada; pero lo descarto ya que él se despidió de mí.

Sin esperar más, saco un kunai de mi armamento. Luego, junto sustancia púrpura en mi mano, destinada a retroceder el tiempo al tacto. Con obvias razones, no le mostraré al sannin mi nuevo jutsu.

Cuando estoy preparada, Sasuke y yo salimos corriendo. En menos de un minuto, todos están en el suelo y Orochimaru ríe con entusiasmo.

—Serpiente estúpida —balbuceo mientras camino detrás de Sasuke hacia nuestro jefe.

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Uy, esa escena de ______ y Sasuke 7u7

En multimedia les dejo la imagen de Moitse. A la izquierda, cómo se veía en la primera temporada; a la derecha, así se ve actualmente.

Por cierto, me sorprendo con la cantidad de comentarios que hay en los anteriores capítulos :v son muchísimos, ¡gracias!

Un Gélido IncendioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora