44. La guerra inicia

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Han pasado unos días desde que llegué a la dimensión donde me crie. Decidí dejar un clon en mi dimensión natal para que me informara cuando la guerra comenzara —cosa que no ha sucedido—, mientras que yo buscaba información aquí.

Para mi mala suerte, lo que hice al dejar esta dimensión no dejó nada bueno: todo el mundo me busca para examinarme. A causa de esto, tengo que usar una transformación constante. Paso por desapercibida en muchos lugares, pero la vez en que descubrí eso no pude controlarme...

«Por fin llegué a la dimensión. Es el primer día y espero que encuentre información pronto; sino, tendré que buscar otras fuentes que no sean los mangas ni el anime.

Camino por las conocidas calles de mi infancia, las mismas que recorría para llegar a mi tienda favorita. Las personas no me reconocen, pero sí me miran: estoy transformada en una chica pelirroja y de ojos verdes. Al parecer, es la debilidad de muchos chicos aquí.

Al entrar a la tienda, busco inmediatamente entre los cientos de libros pequeños, hasta que encuentro la última actualización. Reviso los eventos, pero no ha ocurrido nada que no sepa.

—Disculpe, señor —le digo a un empleado—. ¿Cuándo fue la última vez que actualizaron esto? —levanto el manga.

—Ésa ha sido la última que nos llegó. Lo lamento.

Me quedo paralizada. «¿Hablaba en serio este hombre? Porque yo estoy hablando de una guerra.»

—¿Cuándo es la siguiente actualización?

—Nos llega un tomo nuevo cada semana, pero como la vez pasada nos llegaron tres, no creo que nos llegue nada hasta casi el siguiente mes.

Dicho esto, el joven vuelve a su trabajo, mientras me le quedo mirando. Incrédula.

—Escucha, "amigo" —le digo, con sarcasmo en una palabra—. Necesito un tomo nuevo de estos. Es urgente.

El chico ríe, como si se tratase de una broma.

—Lo siento, niña, pero tendrás que esperar tres semanas. Como los demás.

¡Estoy hablando de una maldita guerra!

—Escucha —lo tomo por el cuello, llamando la atención de unas personas a nuestro alrededor—. Necesito ese tomo. ¿Dónde lo consigo?

—Esa no es forma de tratar a los empleados, señorita —dice asustado por mi actitud. Era uno de estos momentos en los que agradezco haber pasado tanto tiempo con Sasuke—. Los tomos llegan en tres semanas.

—¿Dónde los consigo?

—Oye, niña —me llama alguien por detrás—. Baja al chico.

Sin darme cuenta, ya lo había subido unos centímetros por encima del suelo. Pero, como no le hago caso a la persona que me habla, éste me coloca su mano en mi hombro. Como respuesta a su acto, le golpeo y lo tiro al suelo con una sola mano, sin tener que mirarlo.

Muchas personas se asustan y otro empleado comienza a marcar a la policía. Harta de su actitud, le lanzo un shuriken, destrozando el teléfono inalámbrico. Después, mi transformación se deshace. Todos se asustan y comienzan a decir que yo soy a la que buscan. Lo suelto de golpe y me vuelvo a transformar. Después, salgo de la tienda. Corro hacia un callejón y me transformo en otra persona, mientras escucho cómo las sirenas de la policía se acercan.»

—¡Maldición! —exclamo y golpeo un muro.

Todo este asunto de conseguir información me está dando náuseas. No he logrado nada desde que llegué. «Tal vez sea buena idea volv...».

Un Gélido IncendioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora