63. Clones contra clones

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Los cinco alumnos del Equipo 7 estábamos reunidos en frente del Juubi. Si tan solo estuvieran nuestros maestros, el equipo estaría completo; sin embargo, ésta no será la ocasión y sólo podremos atacar cinco de los siete integrantes del Equipo 7.

—¿Cuál es tu plan, Sakura? —inquiere Sasuke, que al parecer se cansó de nuestra dramática llegada.

—Tenemos que atacar directamente al Juubi mientras está dentro de la barrera, así no tendrá mucho espacio para defenderse ni moverse.

—Para llegar al Juubi tendríamos que tener algo grande y veloz —comenta Sai—. Nosotros solos no podemos llegar con tanta facilidad.

—Algo grande..., ¿eh? —inquiere Naruto.

—¿Y veloz? —prosigo.

—Sé lo que se necesita —comenta Sasuke.

—Con esto llegaremos hasta el Juubi con facilidad —dice Sakura.

Muerdo mi pulgar, hago unos sellos de mano y estrello mi mano contra el suelo, al mismo tiempo que todos gritamos:

—¡Invocación!

De repente, grandes nubes de humo aparecen debajo de nosotros. Por los tamaños, Naruto, Sasuke y Sakura se quedan delante de mí. Debajo de cada uno de nosotros están nuestras invocaciones.

—¡Vamos, Gamakichi!

—Adelante, Aoda.

—Por favor, Katsuyu.

—¡Terminemos con esto, Hekima!

Yo había invocado a un búho gigante hembra, a quien podía invocar desde que dejé el equipo de Sasuke. La había conocido en el mes en el que me quedé en la Aldea de la Arena, pero no me gustaba invocarla porque era enorme (casi como Gamabunta) y porque sus conversaciones me aburrían.

Sasuke y Naruto comienzan a avanzar en sus invocaciones: Naruto sobre el sapo gigante y Sasuke sobre la serpiente gigante.

—¡Sakura, Sai, cuiden a todos los que están fuera de la barrera! —les indico.

Veo cómo en la frente de Sakura aparece un rombo pequeño y que desprende manchas como si fueran tatuajes. Sai, por su parte, comienza a crear pinturas con sus jutsus. Y yo comienzo a seguir a Sasuke y Naruto, encima del búho que vuela sobre los clones en miniatura del Juubi. Hago unas posiciones de manos y digo:

—¡Jutsu: multiclones de sombra!

Naruto y Sasuke parecen percatarse de mi presencia, pero sólo Naruto se detiene. En cada uno de mis lados aparecen clones míos que se posan encima de las emplumadas y oscuras alas de Hekima, mi búho. Cada una de nosotras crea un kunai color blanco de la sustancia y comenzamos a lanzar.

—¡Naruto, Sasuke, yo los cubro! —les aviso.

Sin esperar respuesta, repito cada uno de mis movimientos anteriores y, cuando los kunai se clavan en los clones miniatura del Juubi, retrocedo el tiempo en ellos hasta desaparecerlos. Algunos de los clones suben a las alas de Hekima, por lo que mis clones comienzan a defenderla.

—¡Lady ______! —exclama Hekima.

—¡Lo sé! No te desesperes.

Comienzo a usar taijutsu, pero luego me veo obligada a usar los kunai de la sustancia blanca. También uso mi Seisujiikan, teletransportándome y viajando con facilidad a través del lugar, para poder atacar a los clones del Juubi con mayor rapidez. Pero llega un clon del Juubi que no logro ver y que me ataca por detrás. Siento un fuerte golpe en la espalda y salgo volando. Por suerte, me sujeto de una de las muchas enormes plumas de Hekima, haciendo que ella suelte un sonido de dolor.

Un Gélido IncendioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora