26. Criminal

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Después de informarme un poco sobre el País del Hierro, me teletransporto al lugar, gastando un poco de mi chakra. El clima es muy frío y hay nieve por todas partes. Me envuelvo más en la capa blanca que llevo desde que partí de la Arena y subo a la copa de un árbol. El sol está presente, por lo que ningún copo de nieve cae. Dentro de unos días será la reunión, según me informaron. Salí antes de que nadie pudiera decirme nada más; solo Naruto sabe el lugar al que llegué.

Por el momento, creo varios clones de sombra y les ordeno que busquen el lugar de la reunión. Y yo me mantengo en mi lugar, esperando alguna información.

(...)

Dos días han pasado desde que llegué. A las horas de buscar el punto de reunión, lo encontré y decidí mantener un clon cerca para avisarme cuando los Kages llegaran. Actualmente me encuentro caminando hacia el lugar, porque solo falta por llegar uno de los Kages. ¿Quién? No lo sé.

(...)

Cuando llego todo está en silencio. No planeo interrumpir su preciada reunión, por lo que me escondo entre las ramas de los árboles, esperando a que Danzo salga para poder interrogarlo.

Sin tener nada que hacer y el aburrimiento agotándome, llevo instintivamente mi mano al pecho buscando el collar en forma de copo de nieve, para leer su inscripción; pero recuerdo que se lo arrojé a Naruto el primer día en que él me vio.

Escucho una explosión dentro del lugar y una alarma interna se prende en mí. Me levanto de la rama y subo hasta la copa del árbol. Con mi único ojo concentro la mirada en la construcción donde se supone que se lleva a cabo la misión. Detrás de ésta se encuentra un largo puente. Afortunadamente, hoy no hace frío ni hay nieve, por lo que las figuras son más claras. Veo unos objetos volar y los distingo como cuervos. Una presión en mi pecho hace que recuerde a quién podrían pertenecerle esas aves: Itachi Uchiha.

Cuando me doy cuenta de que mis pies se han movido por sí solos, ya estoy cerca del puente. Hay columnas que van desde el río que se encuentra debajo, y que llegan hasta varios metros por encima del puente. En una de esas columnas, veo a Danzo; en frente de él, a Sasuke Uchiha.

Me detengo en seco y mi respiración se corta. Al parecer, Sasuke no se mueve; pero Danzo, sí. Éste último saca la katana de Sasuke, y él no se opone. La coloca en el cuello del Uchiha y parece que le dice algo. Después, hace el movimiento inicial que sirve para terminar con la vida de Sasuke. Un impulso en mí me obliga a usar el Seisujikan y transportarme entre Sasuke y Danzo, deteniendo la espada con un kunai. Danzo me observa unos instantes y baja de la columna.

—¿Por qué traicionas a tu Hokage, ______? —me pregunta en voz alta Danzo.

Bajo el kunai y mantengo mi mirada fija en el que cubre su ojo.

—¿__-______? —balbucea Sasuke, en un murmullo.

Trago saliva y termino la batalla de miradas que mantuve con Danzo desde que llegué. Me giro hacia Sasuke y noto que está algo confundido, y enojado.

—¿Qué haces aquí? —inquiere.

—No vengo a protegerte de Danzo.

Un llamativo punto naranja detrás de Sasuke me llama la atención, así que abandono su mirada y la coloco en la persona que nos observa en otra columna más alejada. Su máscara naranja y su capa de Akatsuki hacen que mi objetivo cambie por uno mejor: interrogaré a Madara (o Tobi, como se llame) sobre mi madre, no a Danzo.

—¿Entonces por qué lo has hecho? —Lo vuelvo a mirar—. ¡No pedí tu ayuda!

—¡Te protegí porque aún te considero mi camarada!

Un Gélido IncendioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora