18. Una realidad que destroza

801 91 25
                                    

Corro por el techo de las casas hacia mi destino. Saco a varias personas entre los escombros del edificio que cayó segundos atrás a causa de otra de las invocaciones de Pain. A los que saco, me lo agradecen y corren a ponerse a salvo. Muchos de ellos me miran con confusión ya que no me reconocen; otros, ni siquiera se fijan en quién soy.

—Gracias —dice la última víctima del derrumbe.

Asiento con la cabeza, recibiendo su agradecimiento y me giro para seguir ayudando. Mientras que otros ninjas intentan pelear contras las invocaciones o alguno de los Pain, yo me encargo de ayudar a los civiles y, si es necesario, pelear con alguna invocación.

Cuando comienzo a correr otra vez, noto que hay una niña con su abuelita en la calle siguiente. Una chica de cabello rosado llega para ayudarles, pero no nota que una de las invocaciones se les ha acercado. Junto sustancia púrpura en mis dos manos y comienzo a hacer sellos mientras corro en dirección hacia ellas. Estiro mi mano derecha hacia abajo y siento una corriente de electricidad seguida de un sonido de aves. En mi otra mano junto mi chakra y hago que tome forma esférica. La invocación está a solo metros de la pelirrosa, la niña y la abuela. Decido usar mi Seisujikan y me teletransporto entre el enemigo y las personas que debo proteger, justo a tiempo.

—¡Rasendori!

Mis dos manos impactan contra la invocación y logro penetrarla. Sale un poco de su sangre y desaparece en una gran nube de humo. De no ser por la sustancia púrpura acumulada en mis brazos, esta técnica me haría perder dichas extremidades.

—¿Q-quién eres? —escucho una voz detrás de mí, la cual reconozco al instante.

Me giro en aquella dirección y veo a la pelirrosa en frente de la niña y la abuela.

—Hola, Sakura —le muestro una pequeña sonrisa.

—__-______...

—Ve y ayuda a los heridos —digo cambiando mi actitud a una más seria—; yo iré a ayudar a los que pelean.

Sé que tiene dudas y ella sabe que no es momento de responderlas, así que ambas nos ponemos en marcha hacia nuestras respectivas actividades.

Vuelvo a saltar hacia la casa más cercana y observo a mi alrededor. Varias casas han sido destruidas y la aldea está quedando en escombros. Apenas queda poco de los edificios que conformaban la Aldea de la Hoja.

Dejo el lugar donde recién maté una de las invocaciones y comienzo a saltar sobre las casas de la Hoja, buscando más personas las cuales ayudar. Entre las casas destruidas, veo a uno de los Seis Caminos de Pain. Lo identifico como «el que revive lo que sea» y comienzo a acercarme a él. Noto que sostiene a alguien contra una pared y me tenso al ver de quién se trata. No dudo y, al instante, me teletransporto a un lado de ellos. Golpeo al Pain que sostiene a mi pequeño amigo castaño, mientras grito:

—¡No toques a mi admirador!

Pain cae al suelo y ayudo a mi amigo que ya se convirtió en genin.

—¿Te encuentras bien, Konohamaru? —le pregunto, ayudándole a levantarse.

—¿Q-quién er-eres? —tartamudea, algo cansado.

—¿Tú tampoco me reconoces? —pregunto con una sonrisa. Él niega con la cabeza—. Perdí la vista en un ojo, pero el otro sigue con el mismo color.

Me mira unos segundos, pero noto que Pain se levanta y nos mira.

—Atácalo, Konohamaru —ordeno con una leve sonrisa.

Él abre los ojos como platos un segundo, y al siguiente se gira hacia Pain. En su mano derecha junta un poco de chakra en forma esférica y me doy cuenta que no tiene una distracción para Pain, por lo que no puede atacarlo. Me transporto detrás de Pain y lo tomo por las brazos, inmovilizándolo.

—¡Hazlo, Konohamaru! —le grito.

—¡Pero puedo dañarte, ______!

—¡HAZLO!

Él asiente un poco tembloroso por el tono de voz que usé, pero entonces corre hacia Pain. Al estar a solo unos centímetros, junto la sustancia en mi abdomen y recibo el impacto; al instante, me teletransporto detrás de Konohamaru, con un leve dolor en el abdomen.

—¿Estás bien, ______? —me pregunta preocupado.

—S-sí —digo jadeando—. Debo irme.

Me giro para continuar con mi camino ya que he escuchado unas pequeñas explosiones cerca; pero me detengo al escuchar la voz de Konohamaru.

—Me alegra que hayas vuelto, ______.

—Y a mí me alegra verte, Konohamaru.

Sonrío, aunque él no me pueda a ver. Después, salto de nuevo a los techos de las casas y vuelvo a saltar, con un solo objetivo en mente: encontrar a mi padre. Sé que se acerca el momento, y que no sé qué sucederá después, pero por lo menos, quiero decirle unas palabras antes de que suceda alguna otra cosa.

Diviso una gran mano a la distancia y luego, una explosión. Como no puedo ver nada, me resigno a acelerar el paso hasta el lugar. La tierra se calma y veo unos escombros; al lado, Chouji y su padre. Busco con desesperación a mi padre y lo encuentro debajo de todos los escombros. Entonces, por fin llego.

—¡Chouji, Chouza, papá! —llamo a los tres hombres.

De los Akimichi, solo Chouji se levanta y siento un leve dolor en el pecho al pensar en su padre. Y sobre mi padre... él solo agita su cabeza un poco, apenas consciente. Pain se agacha y levanta una pequeña roca. Entonces, recuerdo la escena de la muerte de mi padre.

—¡No dejaré que le hagas daño a mi padre! —digo, poniéndome en frente de mi progenitor.

—¿__-______... eres tú? —escucho la débil voz de mi padre.

Sé que no quería cambiar la historia, pero no quiero ver morir a mi padre. No otra vez.

—______ —escucho la voz de Chouji—... ¡Padre!

Noto que él corre hacia el cuerpo de su padre y comienza a llorar; sin embargo, no aparto mi mirada de Pain.

—Perdón por haber llegado tarde, papá —le digo. Una sonrisa se esboza en mi rostro y digo—: es que un gato negro se cruzó en mi camino y tuve que tomar el sendero largo.

Quisiera poder hablar más tiempo con mi padre, pero Pain me lanza unas bombas de su brazo y comienzo a esquivarlas. Éstas me siguen y una idea aparece en mi cabeza. Corro hacia Pain, a la vez que las bombas me siguen. Me transporto detrás de él y golpeo la parte trasera de una de sus rodillas, haciéndole caer. Las bombas llegan y, como es demasiado tarde para esquivarlas incluso para mí, junto la sustancia púrpura en mis brazos y los uso como escudos. La explosión hace que caiga hacia atrás y me golpee con una pared, destruyéndola. Tardo en recomponerme, pero cuando mi vista se aclara, veo a Pain con la mano alzada hacia mi padre. Entonces, lanza algo hacia él y noto cómo la cabeza de mi padre se mueve hacia atrás para quedarse quieta.

La escena vuelve a mí, pero esta vez es una realidad. Él no se mueve, no respira, no me mira... Mi padre ya no tiene vida.

--------------------------------------------------

Y así fue como ______ desata toda su ira y destruye a los Seis Caminos de Pain :)

Aveda.

Tengo una noticia: he tenido muchas ideas de varias historias con diferentes personajes, pero no sé en cuál enfocarme. Así que, ¿con qué personaje les gustaría que hiciera una historia?

~Neji Hyuuga

~Sai

~Itachi Uchiha

~Naruto Uzumaki

~Otro (¿cuál?)

Un Gélido IncendioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora