Capítulo 12. Premio.

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POV LAUREN.

En cuanto nos subimos a la camioneta Naomi se aventó rápidamente hacia mi colocando sus manos en mis mejillas acercandome a ella y me besó. El beso se profundizó muy rápido ya que nuestras lenguas jugaban bruscamente. Después de un rato besandonos nos separamos un poco para tomar un poco de aire.

-Vámonos. -Dijo entre suspiros con una sonrisa y me dio otro beso, esta vez menos intenso y corto.

Arranqué la camioneta y empecé a manejar lo más rápido que pude hacia el departamento de Nao.
De vez en cuando volteaba a verla y notaba que me miraba. Se mordía el labio, era extremadamente excitante verla hacer eso.

En cuanto llegamos, le abrí la puerta de la camioneta y Nao se bajó y se acercó hacia mi para darme un beso rápido y dio un par de pasos hacia él departamento, volteó y me hizo una señal con su dedo para que la siguiera.

En cuanto se cerraron las puertas del elevador me lancé hacia Nao, empujándola hacia la pared, empecé a besarla con mucha intensidad.
En nuestra lenguas había una guerra sobre quien tomaría el mando, obviamente yo gané.

Se abrieron las puertas del elevador y empezamos a caminar torpemente hacia la habitación sin cortar el beso, por suerte no había nadie en él pasillo que nos pudiera ver.

Nao abrió la puerta de su departamento, entramos y cerré la puerta con el pie sin separarme de ella.
En cuanto llegamos a su habitación la tiré a la cama, colocándome encima de ella y la besé aún más, pero esta vez con una mano apretando una de sus tetas.
Ella tenía las manos en mi espalda, las cuales empezó a meter por debajo de mi camisa, la empezó a subir lentamente hasta que me la logró quitar, yo comencé a hacer lo mismo con la suya.

Empecé a besar su cuello, bajando lentamente hasta que me encontré con su sostén, ella se lo quitó dejando al aire libre sus pezones, los cuales lamí haciendo círculos con mi lengua

Se escuchaban los gemidos llenos de excitación por parte de Naomi.
Empecé bajarle el pantalón lentamente, dejándo a la vista su sexy lencería color rojo.

Volví a lamer sus pezones y empecé a bajar poco a poco, besando su sexy y tonificado abdomen mientras con una de mis manos seguía tocando una de sus tetas.
Antes de llegar a su centro decidí torturarla un poco más, así me puse a besar sus muslos, yo sabía que nao estaba más que excitada.

-¡Mierda, Lauren!. -Jadeó apretando las sábanas y yo no pude evitar sonreír.
-Follame, quiero que me folles de una maldita vez.

Sonreí y empecé a lamer su centro, metiéndole dos dedos.

-Oh dios. -Gimió tomando mi cabeza acercandola aún más a su vagina para que continuara lamiendola con más intensidad.
Ella estaba a punto de llegar a el clímax y yo igual.
Iba a tener un orgasmo sin que ella me tocara.

-Joder Lauren. -Gimió y empezó a moverse aún más rápido, sus caderas se movían al mismo tiempo que mis dedos. Podía sentir como su cuerpo se tensaba. Decidí meter otro dedo más y ella estalló en un gran orgasmo. Seguido de eso yo también lo tuve.
Estimulé su clítoris un poco más para alargarlo lo más posible y luego me acosté a un lado de Nao.

-Te quiero, Lauren.

-Yo igual, cariño. -La abracé y le di un beso en la frente y después nos quedamos dormidas.

*Suena el despertador*

Apagué el despertador, eran las 9:30.

Me levanté de la cama con cuidado de no despertar a Naomi y cerré la cortina de la ventana.
Tomé mi ropa que se encontraba regada por todo él departamento y me la puse. Me dirigí hacia la cocina para hacer de desayunar.
Hice pan tostado con huevo revuelto y corté sandía en pedazos e hice jugo de naranja, lo puse en una bandeja y lo llevé a la habitación.

En cuanto entré a la habitación noté que Nao estaba acostada boca abajo, totalmente desnuda. Solo tenía tapado él trasero. Su gran y rico trasero.

Coloqué la bandeja en una mesita para así poder despertar a Naomi.

-Nena, despierta. -Le di un beso.

Nada, ni se movía.

-Bebé, despierta.

Nada.

-¡Cariñoooo!. -Dije sacudiéndola un poco y después le di un beso.

Nao arrugó la nariz, lo cual hizo que se viera tres veces más tierna de lo que ya era.

-Bebita hermosa, tienes que despertar, traje él desayuno. -Dije acariciándole la cara con mi mano.

Ella abrió los ojos lentamente. Se veía hermosa.

-Estoy segura que esto es lo que quiero ver todas mis mañanas. -Dije y ella en seguida sonrió, me acerqué a ella y le di un beso en la frente.

-Te hice el desayuno cariño, por si tenías hambre. -Sonreí.

-Oh, gracias cariño, la verdad es que si tengo hambre. -Sonrió.

-Genial, te preparé, hue.. -Me paré de la cama para ir por la charola y mostrarle lo que hice pero una mano que agarró mi brazo me detuvo.

-Yo no dije que tenía hambre de comida. -Sonrió maliciosamente y me jaló hacía ella.

Nos besábamos, al inicio fue un beso tranquilo, luego tomó intensitad, nos besabamos tan desesperadas, como si nuestra vida dependiera de ello. Ella empezó a quitarme la ropa y en cuanto me quitó mi brasier capturó uno de mis pezones e hizo círculos con su lengua en él.
Se colocó arriba de mi y me empezó a besar.
Besó y lamó cada parte de mi hasta llegar a mi centro y devorarlo tal y como solo ella sabe hacerlo. Fue extremadamente exitante. Si que sabe usar la lengua.
En cuanto me metió los dedos empecé a gemir. Mis caderas se sincronizaron con sus dedos y estallé en un gran orgasmo.

-Buenos días bebé. -Dijo Naomi con una sonrisa acercándose a mi cara y depositandome un tierno besito.

Se paró de la cama y se dirigió hacia la charola. Tomó el jugo de naranja y bebió de él. Cuando dejó de beberlo algunas gotas resbalaron por él vaso y ella las lamió mirándome con una mirada travieza.

Solo la miraba, se veía tan sexy. Entonces se volteo de nuevo hacia la charola, mostrando su gran trasero y en seguida me paré y la empecé a besar y llevarla nuevamente a la cama.

Sin duda alguna sería una larga y buena mañana.

El sueño de toda fanática.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora