13.(Marcus)Huida de alevosía primera parte.

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Exageradamente sorprendido, de los giros que da la vida, quien iba a pensar que este profesor lograría extorsionarme de la peor manera, aun mas humillarme como lo hace ahora...

Termine haciendo lo que me dijo, que fingiéramos como si nada hubiese pasado, ¿acaso eso también repercute en mi nota?, tendría que habérselo preguntado. Pero era tarde, ya nos conseguíamos otra vez en la mesa, y el show de las hipocresías acababa de comenzar, todos sabíamos nuestros papeles. El padre abnegado, la madre perfecta, el hijo obediente, y el profesor peligrosamente atento. Todo eso en una sola mesa, ¿Cómo podía seguirles el juego a Benner y a mis padres?, desde luego tenía mis razones, papá estallaría en una furia desmedida si yo hago que su reputación logre ser afectada en estos cruciales momentos.

Y no solo son cruciales para él, sino para mí, la audición es en muy poco tiempo y de seguro me castigara si lo hago enfadar...

Todos hablaban un sinfín de tonterías, sobre los estudios de Bennett en las universidades de Inglaterra, y sus sobresalientes notas, ¿por Dios de verdad les interesan las aventuras de un becario?...

-¿Entonces Marcus no te gustaría ser como tu profesor?- Mi papá pregunta disipando todos mis pensamientos, las chicas de servicio quitan los platos vacíos de la cena, y preparan la mesa para el postre.

-Bueno, me encantaría ser como el profesor Bennett- respondo y le miro, él no dice nada con su rostro, solo se dedica a asentir- siempre saliéndose con la suya.

-¿Cómo es eso Marcus?- interroga mamá esta confundida.

-Digo, que si el profesor fue becario y cuadro de honor en la universidad de Inglesa, tuvo que salirse con la suya, menuda oportunidad- explico ¡mi ironía es tanta como la tuya Bennett! Le bramo mentalmente como si fuese a leérmela- es más brindemos por ser como el, porque yo alcance mis metas... así, saliéndome con la mía- todos se miraron extrañados, desde luego que quería crear ese clima de incertidumbre en donde todos dudaran de mis palabras, un arma de doble filo pero no cortara mi cuello si no el de Bennett.

Todos se colocaron en pie, acomodaron sus rostros de confundidos a sonrientes, levantaron sus compas y tomamos el sorbo de vino blanco.

-Por ser como usted profesor Bennett...

A partir de allí, ellos siguieron charlando yo solo me dedique a responder con monosílabos y a disfrutar del postre, era una torta con crema chantillí bañada en chocolate negro derretido y con trozos de chocolate blanco, exquisita...

El show estaba por acabarse y mis padres encantados con las dilucidadas palabras del profesor quedaron aún mucho más complacidos, mamá era la más concerniente a esos encantos, parecía ver en él un diamante en bruto ¡Por Dios ya déjenle ir! Ya se habían despedido infinidades de veces, pero desde luego uno que otro temilla salía al flote para alargar la noche, quería salir corriendo de aquel lugar y no volver nunca más verles la cara a ninguno.


  Para colmo de todo tenía que acompañarle hasta la entrada al fausto profesor, yo sin lugar a duda coloque mi cara de fastidio, mi madre casi se muere de vergüenza y me planto esos ojos ponzoñosos, audaces y azules, yo ladee la cabeza, accedí a llevar al profesor Bennett hasta la puerta de la casa.

-Buenas noches Marcus- se despide en cuanto ya estábamos alejados de mis padres, casi llegábamos a la puerta, yo me plante en seco y cruce mis brazos.

-¿Ahora ya no soy joven Marcus?

-Desde luego que las formalidades están un poco pasadas entre nosotros, la confianza es la base de todo en la relación de profesor-alumno.

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