Las voces se acercaban más al lugar, Bennett se visitó con una velocidad tremenda, yo en cambio no sabía cómo ponerme la maldita corbata.
-Marcus ven acá- Bennett me ala por el brazo como un muñeco al cual puede mover a diestra y siniestra, yo me quedo paralizado ante él mientras sus dedos ya han arreglado el nudo de mi corbata, luego me zumba al mueble y las puertas se abren estrepitosamente- Como iba diciendo en la literatura existen- dice y se interrumpe el mismo- Señor O'Connell, que sorpresa tenerlo por acá- Bennett finge estar sorprendido.
-No era mi intención interrumpirle, pero necesito hablar con mi hijo, es solo un momento- Papá está totalmente serio.
-Pues Marcus y yo ya habíamos avanzado bastante en la clase, pero puedo esperar claro que sí.
-Desde luego, vaya con Frederick o mi esposa y tómese una taza de té, o café, siéntase como en casa.
-Con permiso- dice Bennett, me mira yo también le miro, en su rostro se dibuja algo que se podría tomar como sonrisa o mueca y se retira.
Papá se pasea por el lugar y yo me doy cuenta que estoy en calcetines, maldición se dará cuenta, trato de lucir lo más natural posible, y oculto mis pies. Papá se pasea por el lugar y se sienta en el escritorio, justo frente a mí. ¿Qué querrá ahora?, esos turbulentos y duros ojos me miran, él se acomoda en la silla y coloca su dedo en sus labios acariciándolos, como a veces acostumbra. El señor O'Connell y sus poses que lo hacen ver superior, yo ladeo la cabeza hasta que logro modular:
-¿Y a qué se debe tu repentina interrupción papá?, ¿quieres amenazarme de nuevo?
-No estoy para tus malcriadeces, seré directo contigo para terminar con esto de una vez por todas.
-¿Y qué quieres decirme o pedirme?
-Yo no pido Marcus- Dice como si le hubiera insultado- Yo exijo...Me complace informarte que los delincuentes que te golpearon ya están tras las rejas, como son menores de edad casi todos están en reformatorios juveniles.
¡Mierda! yo trago fuerte, espero que a ninguno se les haya ido la lengua contando a todos con mi inclinación sexual, si papá se entera me mata. Pero espero que mi mensaje les haya quedado claro en como tenían que actuar. Me remuevo en el mueble, y trago grueso.
-¿Todos contando Eric?- Pregunto con la espina de incertidumbre incrustada en mi estómago.
-De él era de quien te iba hablar, ¿recuerdas que el chico vino con su padre a hablar conmigo cierto?
-¿Si, que pasa con eso?, no me digas que le perdonaste, porque tú y la piedad no se llevan.
Papá ríe estrepitosamente, más bien es una risilla falsa.
-Eso es cierto muchacho, me conoces bien.
-Soy tu hijo ¿no?, ahora dime a dónde quieres llegar.
-Es fácil, su padre es un político muy famoso, tiene un puesto en el senado y me interesaría mucho unir fuerzas con él, prometió que si no acusaba a su adorado hijo él me brindaría una mano.
-¿Y entonces?
-Bueno hice lo que me pidió, es un trato muy fructuoso.
Estaba que explotaba de rabia, pero sabía que si discutía con él solo perdería mi tiempo.
-Ah claro, no te importo que por culpa de su hijo casi me matan a golpes.
-Eso son solo daños colaterales Marcus, no seas llorón como tu madre.
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Oprobio
Novela JuvenilMarcus O'Connell Russel, un chico atormentado por un duro pasado en donde el presente es el mejor recordatorio, siempre tuvo que vivir al margen de una sociedad de hipócritas, harto de falsas sonrisas para el momento de posar para una revista, y de...