Capítulo XXI

10.7K 626 91
                                        

Sam:

Solo me dejaba llevar y de vez en cuando aconsejar por Daniel. Esto es totalmente desconocido para mí y mentiría si digo que me gusta o que no estoy asustada. Todos los canales deportivos tienen algo que decir sobre mí y mi vida ya no es un secreto para nadie. En mis redes sociales puedo leer comentarios tanto positivos como negativos, la gente puede ser muy cruel cuando se lo propone y pase de tener menos de mil seguidores a tener casi un millón. Estuve a punto de cancelar mis cuentas.

Bajo de mi auto y me aseguro de cerrarlo para encaminarme al edificio de medicina. Llevo una gorra negra y lentes oscuros para tratar de pasar desapercibida, pero una vez mas no funciona... un grupo de chicos se acerca a mi llamándome por mi nombre, los saludo con mi mano pero al ver que no se conforman con mi saludo inhalo tratando de mostrarles mi mejor sonrisa cuando piden algunas fotos.

—Ya... ¡Ya! Debe entrar —Escucho la voz de Daniel y no puedo evitar tranquilizarme —. Dios, ¿Qué harías sin mí? —Bromea.

—Odio esto... yo no quería esto. No sabía que seria así. —Confieso caminando a su lado, mientras algunos chicos dicen mi nombre y toman fotografías.

—Arreglaremos esto, lo prometo. —Asegura, su rostro preocupado no me deja del todo tranquila.

¿Qué me asusta? Que las personas más cercanas a mí se están alejando, o al menos eso estoy sintiendo. En ese grupo de personas esta el... Matías. Cansa, cansa de verdad tener personas detrás de ti a cada segundo, que la gente no pare de mirarte y señalarte, que no tengas espacio para ti misma...

Entro a mi primera clase y asiento hacia la profesora cuando noto su malhumorado rostro, no le interesa que sea la "famosa" o "popular" a sus clases debo llegar temprano. Tomo asiento al lado de Matias que me da una sonrisa ladeada y dejo un beso en sus labios. La clase pasa lenta y por alguna razón no paro de mirar al chico a mi lado, ese que tengo tanto miedo de perder.

—Samantha, —Alzo la vista de golpe al escuchar mi nombre, es el rector, ha entrado de prisa y sin pedir permiso al aula —. Necesito que vengas conmigo —Pide y le da una mirada de soslayo a la profesora que se encuentra claramente molesta.

— ¿No puede ser...? —Trato de preguntar pero me interrumpe.

—No, tiene que ser ahora mismo, toma tus cosas y salgamos. —Ruedo los ojos e inhalo tomando mis pertenencias para levantarme, despedirme de Matías y salir. Espero que no sea otra puta entrevista.

Froto mis ojos y camino detrás de el todo el pasillo hasta que llegamos a su oficina. Mi mochila va en uno de mis hombros con desgarbo y antes de entrar se vuelve hacia mi examinándome.

—Acomoda tu cabello, parece que no te peinaste hoy. —Lo miro con los ojos en blanco cuando pasa sus manos por este y trata de acomodarlo, yo lo aparto —. Compórtate y sígueme. —Terminamos de entrar y al alzar la vista puedo ver a un hombre elegantemente vestido con un raje hecho a la medida, este nos sonríe cuando entramos mientras yo miro al rector como si se hubiese vuelto loco. ¿Quién es este? —Samantha, el es Clemente Russo, un importante reclutador de la UFC. —Mi corazón dio un vuelco salvaje y no pude evitar retroceder un paso tragando fuerte y con la boca casi abierta.

¿UFC? Dios, ¡Este es uno de mis mas anhelados sueños! ¡La bendita UFC! El más importante reclutador de la UFC está aquí por mí, ¿Tan buena soy?

—Un placer, Samantha Collen. He escuchado maravillas sobre ti. —Miro su mano extendida hacia mí y tardo unos segundos en tomarla pero al final lo hago.

—Yo... —Miro al director sin poder creerlo —. Yo también. Digo... es también un placer para mi conocerlo. —El sonríe mostrando una perfecta dentadura y suelta mi mano para llevarlas a su bolsillo y mirar al director para posar su mirada una vez más en mi.

-SAM-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora