Sabía que si esto llegaba a ocurrir, si el lograba su cometido sería muy difícil de superar, no sabría si podía superarlo…
Me ha bajado al sótano a punta de golpes, no siento mis manos ya que me ha atado a unas cadenas que cuelgan del techo, mis piernas están libres, pero apenas y logro mantenerme en pie, ya que casi no las siento.
Tengo sed, y lo único que puedo saborear es la sangre que cae de mi nariz y brota de mi labio superior. Mi cabello esta enredado y cae sobre mi rostro alborotado. Toma un lado de este y lo coloca por detrás de mi oreja, su cochina mano baja por mi cuello, toca mi clavícula y se detiene en mi pecho izquierdo, sonríe con malicia y va al derecho, solo toca. Baja por mi abdomen y delinea mi cintura.
—Bonito cuerpo —Susurra. Mi respiración es dificultosa, estoy temblando y mis dientes rechinan por la fuerza que aplico ahora mismo en ellos.
—Vete a la mierda, maldito. —Susurro con asco. Sonríe de nuevo, me da la espalda y se vuelve tan rápido que apenas logro captarlo; golpea mi mejilla haciendo que todo mi rostro se vaya a un lado con brusquedad. Apenas y jadeo de dolor, no lloro, ni siquiera me permito que mis ojos se llenen de lagrimas, soy más fuerte que el.
—¿Qué me vaya a la mierda, jodida perra? Voy hacerte sentir lo que es bueno, zorra. —Rasga mi camiseta y desabrocha mis vaqueros con rapidez, mi corazón late con fuerza y yo me remuevo con impotencia. Va a violarme.—. Eres una pequeña zorra que necesita una lección. —Escupe.
—¡No se le ocurra tocarme! —Grito, asustada.
—Voy hacer más que eso. —Desabrocha su pantalón y lo baja hasta las rodillas, todas las alarmas en mi se encienden y empiezo a tirar de las cadenas tratando de liberarme.
Baja su bóxer y puedo ver su miembro erecto, cierro los ojos con fuerza y tiro aun más de las cadenas sin importar el daño que me hago. Se acerca a mí y me toma por la cintura para tratar de hacer que este quieta. En un impulso rápido alzo una pierna y pateo su miembro, se dobla de dolor, suelta una maldición hacia mí y eso me hace enojar aun más. Alzo nuevamente una pierna y pateo su rostro, suelta un gemido de dolor y cae al suelo. Es una jodida plasta de mierda. Parece un chiquillo tirado en el suelo casi llorando con su nariz rota.
—Voy a matarte, lo juro. —Grita, mientras llora. Tiro una vez más de las cadenas y libero una de mis manos, ya que lo que esta posee es de cuero. Tiro con fuerza de la otra, mis manos están rojas y rasgadas pero no me importa. Finalmente mi otra mano es liberada y todo mi cuerpo se relaja, es como si mi alma hubiese vuelto, como si pudiese respirar de nuevo.
Cuando Aldo ve que me he zafado de los agarres sus ojos se ponen en blanco y trata de huir.
Es mi turno.
Tomo lo primero que tengo al frente, que resulta una cuerda trenzada de aproximadamente un metro, entonces, le doy el primer golpe, grita de dolor. Vuelvo hacerlo, vuelve a gritar, lo hago una vez más, y otra, y otra… tiro la cuerda para patear su cuerpo haciendo que se vuelva.
—Esta es mi manera de dar placer, cerdo. —Hablo. Cuando lo veo directamente al rostro tiro el primer golpe, toda la frustración de este año, las lágrimas, el dolor, el sufrimiento de perder a Cassie salió en este momento.
—Para, Sam. No quiero que vayas a la cárcel cuando salgamos de aquí. —Habla Cassie, que ha bajado por las escaleras —. Salgamos de aquí. —Lo veo una última vez, esta inconsciente y ensangrentado. —. Fue muy difícil encontrar el repuesto de las llaves. ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? —Pregunta preocupada, Dios, la extrañaba tanto.
—Sí, sí. Salgamos de aquí, no quiero que pase como en las películas y de pronto aparezca de la nada. —Me coloco una bata de baño y bajamos corriendo por las escaleras, mi corazón late con fuerza y mi cuerpo aun tiembla.
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-SAM-
Teen Fiction¿Samantha Collen? Una chica egoísta que solo piensa en sí misma. ¿Cassie Rusell? He hecho una pequeña lapida en su nombre. La resignación a llegado a nosotros... a mi. -Matias Rusell. Voy a encontrarte así sea lo ultimo que haga. -Samantha. Seg...