Capítulo XVI

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Matías:

La tomo de la mano sobre protector cuando entramos a la universidad, esa manera en la que los chicos la miran... me hace darles una mirada iracunda. Todos quieren hablarle, acercársele, estar cerca de ella y por alguna razón no me gusta. Samantha se ha hecho muy popular entre la comunidad estudiantil ¿Y cómo no serlo? Ella es increíble. Después de ganar el campeonato Universitario Daniel y ella han asistido a otros locales de donde han salido victoriosos. Todos quedaron con la boca abierta cuando Sam mando al piso a su primer contrincante y la dejo inconsciente en el primer golpe. Es como si hubiese nacido para esto, es su vida, lo que la rodea, nació para boxear. Algunos medios locales hablaron muy bien de ella como una de las promesa en el boxeo en las próximas olimpiadas.

Ella sigue siendo la misma, esa chica sencilla de pueblo que se preocupa por los suyos. Tiene claro que hay mucha gente que se le acerca solo por su creciente fama y popularidad, sin embargo las tratas iguales que a los demás pero con más cuidado, también está consciente de esas personas que siempre están y estuvieron para ella.

El director de la Universidad no la pierde de vista ni un instante ya que le han ofrecido becas completas en otras casas de estudio y el no la quiere perder. Ahora mismo Sam tiene el mundo a sus pies, pero ella esta tan sumergida en lo suyo que ni siquiera se da cuenta de eso. Por otro lado, me aterra la manera en la que miles de chicos la miran... es decir, tiene para escogerlos, me enferma la idea de que vaya a alejarme; que me deje por alguien más. Ella llama la atención de todos y no solo por su cuerpo, su cabello o su hermoso rostro, sino por su inteligencia, su fuerza, su valentía lo imponente que puede llegar a ser sin que se lo proponga.

—Es que mírala, joder, es perfecta. —Ya estoy acostumbrado a este tipo de comentarios. Estoy en las gradas del gimnasio de boxeo esperando que mi chica termine su entrenamiento para irnos a casa. La observo con una sonrisa ladeada mientras esos idiotas siguen destacando los rasgos más hermosos de mi chica.

Antes me enfadaba en sobremanera escucharlos hablar así de ella, pero ya me he acostumbrado, ellos la desean; yo la tengo, es mía. Sonrió cuando la veo trotar hacia mí y subir los escalones de dos en dos.

—Hola—Susurra para mí y deja un beso en mis labios, no puedo evitar embozar una sonrisa —Se te ve muy pensativo, ¿Nos vamos? —Pregunta sentándose a mi lado y tomando algo de esa bebida energizante.

— ¿Quieres ir por algo de cenar? —Ella asiente con esa sonrisa que muestra todos sus dientes. Muy rara en ella.

—Contigo a donde sea...—Trato de esconder la sonrisa que en mi rostro se forma pero no puedo, menos al ver sus mejillas colorearse de esa manera tan... tierna. Le doy una mirada a los chicos que antes hablaban de ella sin percatarse de mi presencia y sonrió, sus bocas casi caen al suelo.

—Tráela mañana temprano o pateare tu trasero, Rusell —Escucho la voz de Daniel mientras bajamos las gradas, sonrió para él y le muestro mi dedo del medio. El tipo me cae bien, al menos ahora que se que no pretende nada con mi novia, pero vive jodiéndome la vida a cada segundo.

Fuera del campus Universitario caminamos unas calles para llegar a un pequeño restaurante, Samantha no suelta mi mano, lleva mi abrigo sobre sus hombros, pantaloncillos cortos y una camiseta deportiva. La observo por un segundo buscar algo en su celular, fruncir el ceño y guardarlo.

Por fin pude entrar a la escuela de Medicina, era una tortura quedarme en el apartamento esperando que ella llegase y sin hacer nada más que ir un rato al gimnasio. Ahora puedo estar con la chica que quiero, estudiar lo que me gusta y volver a casa con ella.

Cassie llega a la ciudad en un par de meses para empezar en la Universidad también, ella ha estado entrenando con Carlos y ha participado en dos campeonatos municipales de los cuales ha salido victoriosa. Hasta ahora no hemos notado que lo que haya pasado en su vida la afecte en algo, pero mis padres la llevan con un amigo psicólogo para que charle con ella una vez por semana. Samantha está tranquila y bien, amo tanto verla así.

-SAM-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora