Capítulo VI

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—He estado investigando, ya te lo he dicho —Marcos se mueve en su silla de computadora de un lado a otro —Hice un mapa del lugar, estudie la corriente del rio y solo pudo parar en este lugar. — Señala en la pantalla.

Trato de entenderlo todo pero logra ser un poco complicado; como les había dicho antes, Marcos puede ser un cerebrito cuando lo desea. Ha creado un mapa del lugar por donde caímos, todo es tan real. Es en 3D, puede mover todo su antojo y verlo desde cualquier ángulo.

—Matias llegara en un momento para ir allí y ver si podemos encontrar algo. —Escuchar su nombre hace que mi corazón se acérele, no lo he visto en una semana y mi cercanía con Luis ha hecho que él se aleje.

—No debería, el cree que Cassie está muerta. —Digo.

—Por favor, Sam. No puedo creer que le creas; solo lo dice para que creamos que ya ha superado todo. – Suelta mi hermano.

—¿Y que se supone que es todo?

—Cassie, tu huida, tu... — Niego con la cabeza y me recuesto en la cama de Marcos, de nuevo la pared del techo es más interesante que todo lo demás a mi alrededor.

Veinte minutos más tarde salimos de casa para abordar el auto de Matias, después de que Marcos nos indicara y explicara todo lo que íbamos hacer. Podía sentir su mirada quemando en mi piel, pero me negaba a mirarlo; para esta etapa de nuestras vidas debíamos entender que se había terminado. Todo lo que hubo entre los dos se había terminado. Ahora mismo solo podíamos ser amigos.

—Samantha se quedara para navidad  —Dice Marcos asomándose por la abertura de los asientos delanteros —¿Mama te dijo que nos reuniríamos con los Russel?

 —No—  Respondo con sequedad. De haberlo sabido me hubiese huido, aun no estoy preparada para enfrentar a los padres de Cassie. Soy la culpable del sufrimiento de sus dos hijos.

—Ahora lo sabes— Mi hermano y yo volvemos la vista hacia Matias cuando lo escuchamos decir esto.

 —Sí, ahora lo sabes. —Agrega Marcos. Y vuelve acomodarse en el asiento trasero.

Ruedo los ojos y fijo mi vista en la ventanilla, cualquier cosa es mejor que pensar en eso ahora mismo.

Al llegar al puente que separa al pueblo del pantano, miles de recuerdos me atacan y mi piel se eriza al recordar a Camila apuntándome con aquella arma. Emma viene a mi cabeza y una idea se forma en esta. Debería ir a visitarla a la cárcel donde esta, después de todo ella termino ayudándome.

—Nos separaremos  —Dice Marcos sacando un mapa —. Esta son las zonas que cubriremos y estas dos casas son nuestras prioridad. Si tenemos que invadir propiedad privada... lo haremos.  —Termina explicando y señalando varios lugares en el mapa. Sé que para él es difícil invadir propiedades o hacer cualquier cosa que sea ilegal.

Nos separamos y terminamos cubriendo todo el perímetro que mi hermano nos ha indicado y, aunque caminamos separados, los tres terminamos juntos frente a una gigantesca cabaña. Una que ya había visto antes, porque me había metido en ella en busca de Cassie.

 —¿Esta es una de las casa de indicaste?  —Pregunta Matias. Mi hermano asiente observando el mapa.

—Exacto. Pero ya se ha hecho un poco tarde para entrar, será mejor que vengamos mañana temprano. —Termina Marcos, yo ruedo los ojos.

— Es mejor entrar de noche, pasaremos más desapercibidos. —Digo, los tres miramos la casa como si fuese la solución de nuestros problemas.

—Mejor por la mañana —Dice Matias— .Veremos todo con más claridad, será más fácil, al menos para mí que acostumbro a dormir por las noches y no a salir a la calle. —Ignore por completo su sarcasmo, sabía que lo decía por mí.

-SAM-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora