#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.

Capítulo 3.

La noche había caído y los tres pequeños se encontraban en sus camas tomando una siesta. Mañana sería el primer día en que Hani y Lilly asistan al jardín. Los pasos de Jimin alarmaron a_____quien se encontraba en la cocina preparando un café.

-Pensé que estabas dormido- comentó la castaña manteniendo la vista en la cocina para que nada malo saliese.

-Es muy temprano para ir a la cama- comentó Jimin aunque sus ojos ya empezaban a cerrarse por si solos. -¿Tienes frío?- interrogó.

-No, sólo que me dieron ganas de tomar una taza de café- Jimin solo rió ante su sarcasmo.

-¿Y si yo te doy calor? ¿no es mejor?- susurró en su oído seguido de un casto beso en su cuello.

-Ya me hacia falta tu y tus ocurrencias- sonrió acariciando la mejilla del contrario. -pero no, gracias por tu oferta- Jimin se separó de ella rápidamente para verla a los ojos, aquella sonrisa siempre lo volvía loco.

-Estuve un mes fuera de casa sin besarte, sin verte, sin tocarte, sin hacerte mía y me vienes con esto. ¡No me jodas Jones!- aquello sólo hizo reír mas a la castaña quien trataba de ignorarlo manteniendo la vista en el café que preparaba. -¡Te estoy hablando!- entre risas giró su cuerpo para verlo de nuevo eh intentar aguantar las ganas de soltar una carcajada.

-¡Dime!- habló ella sosteniendo el rostro de Jimin entre sus manos. -¿Por qué tan enojado, Park?- preguntó ella divertida.

-Ya te dije el porqué- respondió. -No estuve en casa durante un me- se vio interrumpido por los labios de ella los cuales se movían como si no hubiese un mañana. Obviamente Jimin no tardo en corresponder el beso. La castaña jugaba con los cabellos del pelinegro y el simplemente se dejaba.

-¿Me harás el favor?- interrogó Jimin observando los ojos marrón de su esposa.

-No- respondió ella entre risas. Y nuevamente fue por la taza de café que ya estaba en su punto caliente. Jimin tan solo rodó los ojos. Sin mas, ambos caminaron hasta la sala para tomar asiento en los sillones. -¡Deja esa cara!- comentó ella dando un gran sorbo de su café.

-Ya no eres la misma de antes, ¿dónde quedó la____que me volvía loco?- preguntó cerrando los ojos.

-Verdad, se me olvidaba que ahora la que te vuelve loco es esa tal "Amanda"- recalcó el nombre de ella usando sus dedos como comillas. Jimin al escucharla tan solo rió.

-Me refería a que ya no pasamos tanto tiempo juntos en la cama, ya sabes...escuchar mi nombre salir de tu boca, cosas así- ambos no tenían pena alguna de decirlo así como si nada, ya se conocen lo suficientemente para dejar la pena a un lado. Se aman y no tiene que haber el porqué de la pena. La castaña dejó la taza de café sobre la mesa de cristal que estaba en el centro y se sentó sobre las piernas de Jimin para colocar sus manos detrás de su cabeza.

-¡Eres un fastidioso!- comentó ella tirando de sus mejillas fuertemente. -Además de fastidioso, eres un celoso- esta vez tiró mas fuerte que la anterior.

-Soy el fastidioso celosos de tu esposo- comentó el lamiendo su labio superior. -¿O me equivoco?- interrogó.

-Para nada, eres ese fastidioso celoso con el cual pasaré el resto de mi vida, el celoso padre de nuestros hijos y el fastidioso marido que tengo- una sonrisa se dedicaron ambos para luego juntar sus labios en un dulce beso. -Te amo- susurró acariciando sus mejillas.

-También te amo, señora Park- un nuevo beso se vio presente.

<***>

Jimin vestía a Hani mientras que la castaña lo hacia con Lilly, ellas al igual que ellos estaban emocionados porque hoy sería el primer día en donde la casa ya no se vería invadida por los gritos y peleas de las gemelas, ha de ser un gran problema para que las distingan en el jardín.____dejó arreglada a Lilly y bajó rápidamente las escaleras para preparar el desayuno de las pequeñas junto con el de Jung que no tardaría en despertar.

-¿Papi?- interrogó Hani. -¿Tu irás con nosotras?- volvió a interrogar al ver que Lilly ya estaba preparada para su primer día.

-No cariño, yo ya fui al jardín y ahora es el momento en el que tu vayas- comentó el haciendo una pequeña cola de caballo con el cabello de su pequeña.

-¿Y cómo te fue?- la curiosidad de saber como era aquel lugar la estaba carcomiendo, como era de esperarse, su inocencia era muy grande.

-Es un lugar en el cual vas a aprender muchas cosas, como escribir, dibujar, leer y, además de eso harás muchas amigas y amigos- una sonrisa se vio reflejada en las gemelas. -Se van a divertir mucho.

-¿Así conociste a mamá?- interrogó Lilly mientras tomaba asiento en la orilla de su cama.

-De hecho, a tu madre la conocí en el último año del colegio- ambas fruncieron el entrecejo. El llamado de_____hizo que los tres bajaran para tomar el desayuno y, después de eso ir a dejar a las pequeñas en el lugar.

Estando ya en el lugar los cuatro bajaron del auto para caminar hacia la entrada y dejar de una vez a las gemelas en su nuevo jardín, los nervios que tenía Hani eran notorios y se los hacia ver a Jimin cada vez que apretaba su mano.

-¡No quelo- comentó ella buscando refugio en los brazos de su padre. -Quelo estar contigo- hizo una leve curva con su labio inferior.

-¿Por qué no quieres entrar?- interrogó Jimin quedando a la altura de su hija.

-Tengo miedo- llevó sus pequeñas manos a su rostro para cubrirlo.

-Ven Lilly- ordenó Jimin, la susodicha hizo caso y quedó al frente de su padre como lo estaba haciendo Hani. -Tu eres la hermana mayor y por lo tanto no dejes que Hani se asuste si no hace amigos, no dejes que el miedo se apoderé de ella- Lilly solo movía su cabeza en modo de afirmación. -Si Hani tiene miedo de estar sola tu no la dejarás en cualquier instante. Sí tú estás con Lilly no vas a sentir miedo, Hani- un beso dio para ambas pequeñas y tomadas de las manos entraron. Un adiós papi se escuchó de la pequeña Hani seguido de que mandó un beso al aire.

-También te da miedo, ¿verdad?- interrogó la castaña.

-Quizá- comentó el abrazándola por la espalda. -Tengo miedo de que crezcan.

-Falta mucho para que crezcan, amor- un beso dio ella en los labios del pelinegro. -Vamos, tenemos muchas cosas por hacer.

-¿Qué cosas?- interrogó con una sonrisa.

-Te darás cuenta cuando lleguemos a casa- se miraron por última vez y se adentraron al auto para poder ir de nuevo a casa.