Sus vidas habían vuelto a la normalidad, decidieron dejar aquel tema de la pelea en el pasado para seguir como si nada hubiera pasado. Tenían que retomar otra vez desde cero si querían superar aquello. La estancia permanecía en un sereno silencio mientras que cada uno descansaba en sus respectivas habitaciones, hoy en la tarde tendrían que ir por sus hijos para que ellos también estuvieran en casa.
Los brazos de Jimin envolvieron todo el cuerpo de_____mientras que esta se encontraba dormida. El viaje había sido tan largo que no se pudieron dar el lujo de disfrutar si quiera al menos de un diferente ambiente. Su pecho subía y bajaba lentamente dando a entender que estaba tranquila hacía el cálido tacto de su esposo. Acercó sus labios a la parte de su cuello y empezó a dejar un camino de besos hasta llegar a sus labios para besarlos sin importarle que estuviera dormida. Podía hacer lo que quisiese con el cuerpo de ella; después del todo ella es su mujer y él su hombre.
Con la yema de su dedo índice empezó a trazar líneas imaginarias sobre su hombro desnudo que gracias al sol había cambiado de color por un bronceado perfecto. Todo en esa morena era increíble, desde pies a cabeza no había nada que estuviera mal, todo en ella era magnifico que nunca se cansaría de verla y admirar su figura.
-Déjame dormir- susurró ella quitando la mano de Jimin la cual se situaba sobre su seno. Jimin rió dejando que sus ojos se volvieran una perfecta línea. Tomó las sábanas y cubrió mejor su cuerpo pero estas fueron quitadas al instante.
-Vaya manera de saludar a tu esposo- bromeó haciendo lo mismo que antes; dejando besos sin importar que estuviera medio dormida, si seguía así lo más probable era que ella se enojara.
-¡Que me dejes dormir!- volvió a tomar la sábana pero no consiguió nada cuando vio que Jimin la había tirado hacia el suelo.
-No hay necesidad de una sábana, tu cuerpo se ve mejor si no tiene nada encima, ¿sabías?- seguía dando trazos imaginarios sobre su piel. -incluso tus piernas con aquellas marcas que no me cansaré de ver- un golpe recibió Jimin en su estómago haciendo que todo el aire saliera, sabía perfectamente que no podia tocar aquel tema, odiaba tener que recordar como fue maltratada por aquel hombre que la dejó marcada, incluso Jimin también tiene pero estas si no han querido quitar, la castaña hacía lo posible para que cada una se fuera y lo había logrado, una que otra era poco visible si la miraban a detalle.
-Estoy cansada, déjame dormir- reiteró pero aquello no servía, sabía que Jimin seguiría hasta no dejarla tranquila. Una de sus manías tan malas pero que adoraba en él.
-Te quiero lista, iré a preparar el desayuno para que vayamos a hacer unas compras, después iremos a comer algo y en la noche vamos por las niñas, así que vístete- se levantó de golpe de la cama y caminó hasta el baño para quitar todas sus prendas y poder dejar que las gotas de agua cayeran sobre su cuerpo. Por parte de la castaña ella rodó los ojos y los volvió a cerrar para restarle la menos importancia a las palabras de Jimin.
Después de unos veinte minutos el pelinegro salió del baño con una toalla a su cadera para caminar hacía el gran closet y buscar una prenda de ropa que no fuera tan elegante. Su vista fue hacia el cuerpo de_____quien aún se encontraba en la cama boca abajo dejando ver sus bragas color negro, Jimin se acercó a ella, lamió su dedo meñique y lo introdujo dentro del oído de ella.
-¡Jimin!- lo empujó con fuerza haciéndolo retroceder unos cuantos pasos. -¡¿Qué verga te pasa!?- gritó provocando risas en él.
-A mi no me grites, señorita- la señaló con su dedo índice tal cual mamá daba ordenes a su hija rebelde. -Te dije que tenías que estar lista, me bañé y tu ni siquiera te has levantado de la cama- los papeles habían cambiado de papel. Todos loa días cuando ambos tenían que ir al trabajo era Jimin quien quedaba en la cama mientras veía como la castaña se arreglaba y echaba humo por las orejas al ver que Jimin no hacia nada.
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#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.
FanfictionSus mentes estaban dispuestas a renunciar a los recuerdos del pasado para vivir lo que ahora se le llama presente.