Capítulo 18.

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Asentía lentamente mientras observaba con mucho cuidado las dos hojas que Carlo le había entregado en la mañana, todos los empleados que poseía a su favor y ahora mismo ya no se encuentran por su manía de despedir a quien quisiera y cuando quisiera. Se levantó de aquella silla color marrón y fue directamente al baño para darse una merecida ducha después de una tarde tan agitada en la ciudad de las Vegas. 

Bufo por lo bajo cuando escucho por segunda vez su móvil sonar, era claro que no quería hablar con nadie, pero al ver tantos llamados era mejor responder que seguirse enojando. Su cuerpo automáticamente se relajó cuando escucho la dulce voz de su niña quien aún seguía a la espera de su llegada. 

Lilly esta vez lo sorprendía con un gran grito que fue el causante de aquella sonrisa oreja a oreja.

Unos minutos duro pegado al telefoneo mientras hablaba con su mujer y sus tres hijos quienes le daban las buenas noches por la diferencia de horarios. Dejó escapar un suspiro cuando dio por finalizada la llamada, al paso que iba tendría que llegar a casa antes de lo predestinado; no sin antes obtener aquella información tan valiosa.

Cerró las cortinas de su habitación asegurándose de que nadie pudiera verlo y que el viento amenazador no entrara por aquellas ventanas tan elegantes. Que se iba a esperar de la suite que había pedido antes de que llegara a las Vegas. Retomo nuevamente la ida al baño estando por completo ya desnudo para dejar que las gotas cayeran sobre su perfecta anatomía mientras daba masajes lentos sobre ella al esparcir el jabón olor a avellana.

Con una toalla ligeramente atada a su cuerpo salió en busca de algo de beber para matar aquella sed que lo estaba torturando. Su garganta estaba tan seca que la única solución era mojándola con algún tipo de líquido apto para su organismo. Encendió la televisión para ver algo interesante, aquel documental de las estrellas había llamado por completo su atención. Era algo que le fascinaba desde pequeño, una sonrisa se dibujó automáticamente en sus labios al recordar aquellos momentos tan maravillosos que paso a su lado antes de que pudiera irse.

La puerta fue tocada y Jimin rápidamente corrió hacia su closet para colocar a la velocidad de la luz su ropa interior seguido de su pijama para atender la puerta. Se había olvidado por completo que minutos antes había pedido servicio a la habitación. Unas deliciosas papas en compañía de una hamburguesa y una bebida dietética era lo que se encontraba debajo de aquella tapa de metal.

Dio un gran mordisco a su hamburguesa seguido de un gran sorbo de su bebida dietética. Su vista se mantenía plenamente sobre aquella pantalla plana llena de colores mientras que voces salían de los parlantes diciendo lo bello que era la constelación y mostrando cada una de ella. Era algo de lo que jamás se podría cansar el pelinegro. Unas horas más basto para que Jimin diera la tregua contra el gran sueño que se apoderó de su cuerpo en un par de segundos.

<***>

Hoy era el día de descanso para el pelinegro, aprovechando que está en las Vegas tendría que llevar un par de cosas a Seúl, a su familia que era lo más importante en su vida. Entró a aquella tienda de juguetes y fue a la sección de las muñecas. Era algo a lo que Hani y Lilly vivian obsesionadas día y noche. El sol pegaba fuertemente en la tierra y el calor aumentaba con el pasar de los segundos, mala elección tras querer usar una camisa polo. No podía dejar de lado el glamur que poseía, manía que se la ha pegado su esposa con el pasar de los años.

-¿Carlo?- preguntó Jimin al escuchar su móvil sonar.

-El correo lo envié a su laptop, toda la información que quería está ahí junto con unos archivos que creo que le gustaran- Jimin se maldijo una y otra vez por dejar la laptop en casa y no llevarla consigo.

-No puedo verla- habló. -He dejado la laptop en casa y es imposible que pueda tener acceso a ella, respecto a esa información es perfecta- tenía claro de que Carlo era un gran experto en conseguir datos de otras personas. -Sin embargo, tendré que volver a casa antes de lo que tenía planeado.

-¿Algo grave?- cuestinó Carlo con mayor preocupación.

-Nada, es simplemente que quiero volver, hay algunas cosas que deje a medias y eso es lo que me molesta al saber que no las termine. Seguiremos en contacto cuando llegue a Corea. ¿Te quedaras más tiempo en las Vegas?

-Quizá- respondió con el mínimo interés.

-Te llamare más tarde, gracias por los datos, Carlo- y sin más habla dio por finalizada la charla.  

<***>

En la casa de los Park se encontraba la castaña viendo una revista que Lisa en la mañana le había dado. Ropa era lo que más llamaba su atención, aquellas marcas tan costosas que muy de vez en cuando podía tener a la mano. Sus hijos descansaban tranquilamente en sus respectivas habitaciones luego de tener un día alocado. Mucha diversión habían tenido en compañía de las hijas de Lisa quienes por lo visto también han de estar cansadas.

Un sonido proveniente de su habitación fue lo que llamó su atención, ajustó su bata de dormir y sin hacer el mayor ruido subió escalón por escalón hasta llegar a su habitación. Una pequeña luz brillaba a lo lejos, la laptop de Jimin que se encontraba encendida daba a entender que estaba a la espera de algún archivo.

Mirar o no mirar, era algo a lo qué se preguntaba, irrumpir en la privacidad de su marido estaba completamente mal, demostrando, que no tenía la suficiente confianza en él. Pero vamos, era su esposo y no estaba en casa. Una mirada no sería tan mala después del todo. Sabía que estaría mal pero la curiosidad picaba fuertemente por querer saber.

Una de las puertas se escuchó y esta cerró la laptop rápidamente centrando su vista en Lilly quien traía en brazos un lindo conejo de peluche que su padre le había obsequiado tras cumplir un año de edad. Lilly rascaba sus pequeños ojos y bostezaba de paso mostrando que tan cansada estaba. Fue una imagen encantadora para la castaña, Lilly era la misma figura de cuando Jimin se encontraba cansado en demasía.

-¿Mami?- preguntó la mayor de las gemelas llevando el primer puesto con dos minutos de adelanto. -He tenido una pesadilla, ¿puedo dormir a tu lado?-____se acercó hacía a ella para besar tiernamente su mejilla colorada.

-¡Claro que sí, mi vida!- ambas fueron a la cama y con las sábanas arroparon sus cuerpos.




















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#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora