Capítulo 35.

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Olvidando todo lo sucedido en su empresa decidió volver a casa y descansar, aquellos minutos en donde tuvo la desgracia de ver a Amanda fueron los peores, siendo así que la misma presencia de ella había dañado por completo lo que faltaba de noche. Bajó del auto y tiró de la puerta con furia, metió la llave y abrió la puerta, encontrando la casa apagada.

Dejando las llaves sobre el Mesón y su abrigo en una de las sillas de la sala, decidio subir las escaleras para dar un merecido descanso. Su mujer y sus tres hijos llegarían mañana en la mañana, o bueno, eso pensaba. La mascota de Lilly asomó su pequeña cabeza por la puerta al sentir la presencia de Jimin, batiendo su cola de alegría al saber que ya no estaba solo.

Le dio una pequeña caricia sobre la cabeza y dejó que se quedara en la habitación de las gemelas, terminó de subir las escaleras y estando solo se tiró sobre la cama para observar el color blanco de su techo y pensar una vez más en las palabras de Amanda, tenían doble sentido pero hasta ahora no hallaba la manera de tener si quiera una mínima idea, hablaría con Sara para que ella le diga todo más claro, empezando el porqué la dejó entrar a la empresa.

Las gotas caer le daban un toque de tranquilidad, había empezado a llover y hoy podría dormir bien, después de todo estaba solo. Frunció el entre cejo cuando escuchó la puerta ser rasguñada por unas pequeñas garras. A lo lejos, veía a Mike tratando de abrir si quiera un poco más, Jimin se había dado cuenta que el pequeño tenía miedo a la lluvia, y es normal, todo perro tiende a tenerle miedo.

-No voy a dejar que duermas sobre la cama, tu tienes la tuya- habló Jimin quitando su corbata y zapatos. El perro parecía entender pero no quería dormir solo sin compañía alguna, puso su mejor cara y ladró llamando la atención de Jimin, cosa que logró.

Sonrió al ver aquel acto pero aquello no le iba a cambiar de opinión, terminó de quitarse la ropa para poner la pijama y se metió entre las sábanas sintiendo como era acogido por el calor de una cobija térmica. Se sentía raro el estar así, no teniendo a su mujer al lado. Mike dio vueltas alrededor de la cama y cuando menos lo espero saltó hasta estar sobre ella.

-¡Dije que no!- levantó la voz Jimin pero nuevamente el perro ladró, colocando su cabeza de lado y haciendo una cara triste.

No era tan amamante de los perros, nunca lo fue pero, le hubiera gustado si quiera tener la experiencia de poder cuidar de alguien y tener un mejor amigo, como todos los niños habían tenido. Bajó nuevamente a Mike y le dijo que no estaría en la cama pero como era de esperarse volvió a hacerlo, esta vez lamiendo la cara de Jimin.

-Que perro tan fastidioso- susurró Jimin y como si Mike hubiera escuchado pegó otro pequeño ladrido y batió su cola.

Cansado de discutir bobamente dejó que Mike durmiera con el, con la condición de que no ladrara ni molestara más. Ambos cerraron sus ojos y durmieron, esperando a que el sol saliera indicando que sería un nuevo día.

Una mano pequeña tocó la perilla y esta fue movida hacia un lado para abrir la puerta. Sin tratar de despertar a su padre entró en sigilo dejando escapar una pequeña risita al verlo abrazar una almohada. Se tiró a la cama e hizo el sonido de un monstruo asustando a su presa pero, Lilly fue la que se llevó un susto cuando de las cobijas salió un perrito a ladrar. Jimin se despertó tras aquel ladrido.

-Quería que fuera una sorpresa- comenta Jimin con los ojos entrecerrados. Lilly frunció el entre cejo, aún no comprendía nada.

-¿Estás diciendo que es para mi?- pregunta con una sonrisa y lo toma, Jimin asiente y claramente se escucha un grito de felicidad por parte de la pequeña, lo llena de besos y luego hace lo mismo con el perro, gritando por segunda vez alarmando a su madre y dos hermanos que se encontraban abajo.

-Eres el mejor padre del mundo- deja al perro a un lado y se abalanza sobre el pelinegro para abrazarlo y llenarle la cara de besos. La castaña entró y notó felicidad en ambos seres, le echó una mirada a su esposo y los otros dos pequeños se acercaron para ver que era lo que causaba tanta felicidad.

-Querías un perro y bueno, tengo que complacer a mi princesa- Lilly lo besa por milésima vez y nuevamente coge a su mascota y la mira con mucha adoración.

-¿Qué nombre le pondrás?- preguntó su madre atenta a todos los movimientos de Lilly.

-Tiene la cara de mi papi- mira al perrito y luego a su padre. -ChimChim será llamado- Jimin al escuchar roda los ojos, recuerda que en su adolescencia su mujer lo llamaba así simplemente para molestarlo pero, también le gustaba.

-Mamá me decía que ella te llamaba así en el pasado- todo mundo ríe excepto Jimin quien mira a_____y le güiña un ojo.

-Ese nombre es muy lindo, pero sería uno mejor que fuese más corto, ¿no crees?- Jimin sugiere y Lilly lo piensa por un corto tiempo y logra cambiar de parecer.

-Minie- responde Lilly con una sonrisa. -Minie será mi compañía cuando papi no pueda estar a mi lado.

-¿Por qué dices eso, cariño?- preguntó Jimin con una sonrisa nerviosa. -Siempre voy a estar a tu lado.

-Y lo estarás, pero llegará el momento de partir....

#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora