La puerta de cristal fue abierta por su amigo, este entró y echó seguro para tener mejor privacidad. Por lo que veía Jimin se encontraba más que enojado, sus venas sobresalían y su semblante era serio. Al verlo, simplemente sonrió y tomó asiento frente a él.
-Hice lo que pediste la semana pasada- habló Carlo.
-Sé que has sido mi amigo por un largo tiempo, lo más seguro es que ya no nos podamos ver- decir eso no le dolía tanto. Había pensado en las palabras de Jungkook y tenía razón, tomaría algo de distancia por un largo tiempo y después vería como serían las cosas más adelante.
-Entiendo muy bien lo que dices- Carlo sacó un pequeño paquete de su bolsillo y se lo dio a Jimin.
-¿Son fotos?- interrogó Jimin pero Carlo no respondió. Este rompió parte del papel y sacó algunas fotos las cuales tenían pequeños mensajes en la parte de atrás.
-Las encontré en la casa que tenías antes, una pequeña caja estaba y la curiosidad me entró, supe que serían importantes para ti porque es tu esposa.
-Recuerdo que mi tío me las daba con sus agentes- observó una en donde_____se encontraba llorando, era hermosa incluso si demostraba el dolor que sentía.
-Sara me pidió ayer en la tarde que necesitabas hablar conmigo.
-Quería pedirte el último favor de la vida- deja de mirara las fotos para verlo. -Es como un pequeño regalo que te daré, puedes aceptar si quieres pero te es mejor que lo pienses más de dos veces-.
-¿Quieres que me vaya a vivir a Alemania?- Jimin asiente al escuchar eso. Había pensado muy bien las cosas y eso sería la mejor opción.
-A partir de ahora no tendremos nada de contacto, todo el trabajo sucio ha terminado.
No daría las razones del porqué, ya no había necesidad cuando ambos sabían que estaban haciendo lo correcto. Juntos con una vida, una esposa, una familia a la cual no quieren dañar, dejarían todo atrás para poder vivir en paz, sus mentes estaban dispuestas a renunciar a los recuerdos del pasado para vivir lo que ahora se le llama presente.
Un abrazo fuerte fue lo que demostró que se extrañarían, sería la primera y última vez que se verían para quedar como dos extraños viviendo cada uno lo que le toca. Hoy también se daría el día libre aprovechando que sus hijos se encontraban en casa de su madre, quería pasar tiempo con su esposa y tratar de hablar con la verdad, tal y como quiere él pero por miedo permanece en silencio.
Salió del trabajo y se introdujo a su auto, colocando la radio para dejar que saliera la hermosa melodía del jazz, tenía plena seguridad que le iba a ir mal pero era el precio que tenía que pagar por guardar silencio y por dejar una vez más que la ira lo controlara de una manera impresionante. Bastó cuarenta minutos para que llegara a casa, bajó del auto y caminó hacia la puerta para abrirla.
-¡He llegado!- comentó Jimin cerrando la puerta a su paso, colocando las llaves de la casa sobre la mesa de cristal y quitando su abrigo para tirarlo después en uno de los sillones de la sala. La castaña al escuchar su voz bajó las escaleras para saludarlo con un beso y un abrazo.
-Pensé que llegarías en la noche- estando en la cocina tomó un vaso y sirvo limonada que hace unos minutos había preparado.
-Quería hablar de algo muy importante contigo, no podía esperar a la noche- algo nervioso tomó asiento en la silla y dio un sorbo a su vaso de limonada.
-Bien, te escucho, cariño- sonriente también hizo el mismo acto que Jimin, quitando leves cabellos de su rostro que le impedían poder ver bien.
-La verdad no sé de que manera puedo decir esto, mucho menos el cómo reaccionarás ante esta pequeña pero dura confesión- se armó de valor para seguir hablando. -Si hablamos de sinceridad yo jamás pensé en decir esto hasta ayer que me vi con Jungkook... sé que me amas por como soy pero empiezo a dudar de aquello, ¿sabes?.
-¿Qué está pasando, Jimin?- el tono que estaba utilizando la alarmaba y es que no quería pensar cosas malas pero de Jimin se puede esperar muchas cosas, lo amaba, de eso no había duda pero.... su mente le decía que algo malo pasaba.
-Me caracterizo por ser un hombre sin rodeos, pero justo ahora el miedo y los nervios me están invadiendo. No quiero decirlo, tú y yo no me deja.
-Sea lo que sea no me enojare contigo- respondió ella acariciando su espalda para darle ánimos a hablar.
-Aunque digas eso lo estarás pero lo entiendo, también me enojaria al saber que le quité la vida a dos personas la semana pasada y que esa misma noche hice de cuenta que nada malo pasó- tras escuchar aquello_____quitó su mano encima de la de Jimin, su corazón se detuvo y una lágrima resbaló por la mejilla de la castaña.
-¿Disculpa?- se levantó rápido y lo vio pidiendo más explicación.
-Le quité la vida a dos personas la semana pasada, lo lamento- quería abrazarla y darle un beso pero ella se negó alejandose más de él para tomar cierta distancia.
-¡Prometiste que ibas a cambiar y que no estarías metido en problemas!- gritó manteniendo las inmensas ganas de llorar. -¡Te dije muy bien que aquella amistad con Carlo era mala, todo lo que hacías con él era malo!.
-Era la única solución que tenía para que dejaran de molestarme.
-¿Matar es la única solución?- llorando subió las escaleras a toda prisa marcando cada escalón. Jimin le siguió el paso hasta llegar a la habitación matrimonial.
-No hablaré más del tema- tomó un abrigo y nuevamente bajó las escaleras.
-Sabía que decir la verdad era un error- estando ya en el primer piso tomó asiento en las sillas.
-El único error fue creer que cambiarías.
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#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.
FanfictionSus mentes estaban dispuestas a renunciar a los recuerdos del pasado para vivir lo que ahora se le llama presente.