Capítulo 13.

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Hani y Lilly no dejaban de repartir besos por las mejillas de Jimin quien se encontraba pidiendo ayuda al ser asfixiado por sus hijas que no dejaban de sonreír al ver sus nuevas muñecas que había comprado en la tarde.____solo admiraba aquella escena tan tierna desde las escaleras, una sonrisa se le escapó de los labios.

-Papá necesita descansar, niñas- como pudo quitó los diminutos cuerpos de sus hijas y las sentó en cada lado. -Ya es hora de que estén en la cama- besó cada frente dando caricias sobre sus espaldas.

-Pero no tenemos sueño, papá- ambas hicieron una leve curva con su labio inferior reflejando la pura honestidad e inocencia en ellas.

-Mamá y yo tenemos que hablar de algo serio, así que es mejor que vayan a la cama- al decir esos las gemelas llevaron sus manos hasta su boca para ser tapadas dejando sacar una que otra risita al tener más o menos una idea de que era esa posible "charla". Sus hijas son todas unas niñas inteligentes y los acertijos y códigos era algo que captaban a simple vista.

-Buenas noches, papi- al unísono hablaron y depositaron un beso, una en cada mejilla haciendo lo mismo con su madre quien no se quitaba de las escaleras, también, esperando a que sus hijas fueran a dar en la habitación hasta quedar dormidas. La castaña se acercó a Jimin y tomó asiento al lado de él colocando su cabeza en el hombro para oler aquella fragancia tan varonil.

-¿Qué es lo que dijo mamá?- fue directamente al grano ignorando los coqueteos y caricias que daba la castaña en su pierna izquierda. Esta al escucharlo levantó su cabeza para verlo, su semblante había cambiado por completo y el ambiente de felicidad que hace algunos segundos tenía con sus hijas se fue a la basura sacando a la luz aquel hombre sin sentimientos que no demostraba ni la mínima sensación de importancia y dolor.

-Quería darte esto- sacó de su bolsillo trasero aquella cadena que le había dado, Jimin la tomó y la analizó por completo. La conocía a la perfección, había sido aquella cadena que solía usar y nunca se la quitaba hasta que llegó el día de su muerte y fue ahí donde la dejó de usar para siempre dándole paso a su hijo para que hiciera lo mismo.

-No la quiero- respondió. -No quiero mierda- la tiró sobre el sillón. -¿Eso era?- interrogó.

-Es de tu padre, vamos- la tomó nuevamente haciendo el intento de ponerla en sus manos pero este una vez más se negó por completo. No quería tener nada de ese señor, pese a que fue su padre y protector era el ser mas horripilante de la vida, un ser sin corazón que no tenía ni la mínima razón del porqué hacía las cosas. -Listo, no la uses, pero al menús guárdala. Eso es lo que me ha pedido tu madre- comentó ella.

-No lo haré- respondió peinando su cabello hacía atrás. -No la necesito, es fea, está vieja, es de un muerto y no hace falta, podré usar todas las cadenas que quiera mamá pero la de mi padre nunca en la vida- no daría su brazo a torcer, eso lo tenía mas que claro.

-Pareces un niño pequeño, ¿sabes?- sonrió. -Solo dale el gusto a tu madre de que la usas y ya- Jimin negó con la cabeza, al parecer su esposa quería entender y no lo haría hasta saber el porqué de las cosas. -Dame una razón por la cual no la quieres usar, dame sólo una- levantó su dedo índice hacía el rostro de Jimin.

-Es de mi padre- habló. -no usaré nada que provenga de mi padre ni de mi tío.

-Es una simple cadena, no tiene nada de malo, amor- trató de suavizar la conversación con un tono tranquilo pero eso tampoco ayudo para que Jimin pudiera cambiar de opinión, estaba totalmente decidido y no quería hablar mas del tema, lo estaba cansando.

-Te digo una vez más que no usaré eso, fin del tema- caminó hacía la cocina para tomar algo de agua, su garganta estaba seca. La castaña también lo siguió dándole un abrazo por detrás que obviamente fue correspondido. Ambos sonrieron.

-Eres un niño de tan sólo cinco años- lo miró a los ojos para acariciar su rostro y cabello manteniendo en su boca aquella sonrisa que no había dejado quitar para nada.

-Y tú una niña fastidiosa- susurró casi sobre sus labios. Ambos podían sentir como sus respiraciones se mezclaban. -Yo sé que algo más te dijo- tocó otra vez tema de su madre, al parecer la curiosidad lo estaba matando por querer saber lo que habían hablado. Su madre puede abrir la boca y contar cosas demás que tuvo en el pasado; secretos que solo ella sabía y que si los decía dejaría a su hijo en total ridículo.

-No sabía que le decías a tu hermana los problemas de pareja que hemos tenido- seguían abrazados manteniendo el calor pese a que el frío los estaba matando. -Los problemas son de nosotros no de ellas- dio un casto beso en sus labios.

-¡Maldita vieja!- comentó ganándose un golpe por parte de la castaña. Sabía que su madre había contado de más.

-No hables así de tu madre- comentó entre risas. Tendrían que mantener el silencio para sus hijas pudieran dormir tranquilas sin alguna distracción. -Tú tienes la culpa por andar contando nuestros problemas a tu hermana.

-¡Somos hermanos!- se defendió.

-¿También has contado qué tenemos...- hizo una pausa cuando vio que Jimin asintió dejando ver lo avergonzado que estaba mordiendo sus labios. Sus mejillas inmediatamente se tornaron a un color rojo carmesí.

-¡No puede ser!- escondió su rostro en el cuello de Jimin. -¡También le dices que tenemos sexo y como lo hacemos!- no podía procesar bien la información, sentía pena ajena y quería morir en esos segundos. -¡Eso no se debe contar, Park Jimin!- otro golpe recibió en su pecho.

-¡Ella también lo hace conmigo!- se defendió una vez más. -Tu también le cuentas cosas a Jun y no digo nada, además sólo he contado cinco veces las cosas que hemos hecho.

-¡¿Cinco veces!?- esta vez le fue inevitable gritar. -¡Cinco veces!- recalcó. -Jimin es nuestra privacidad, ahora yo con que cara veré a tu hermana, no sabes la pena que siento ahora mismo- cubrió con sus manos su rostro, sus mejillas ardían. -Yo a Jun le cuento mis cosas, las cosas que creo que son necesarias más no hago lo que tu haces- lo señaló con el dedo divertida.

-Bueno, pero mira el lado bueno...Yuno sabe que tenemos sexo del bueno y que hoy también lo tendremos- la acorraló contra la gran nevera que estaba a su lado izquierdo.

-Estúpido- besó sus labios como si no hubiese un mañana. Con su mano izquierda lentamente la fue metiendo en el bolsillo de Jimin hasta dejar ahí la cadena, este por lo visto no se había dado cuenta y era algo bueno. -¿Vamos a la habitación?.

-Podemos tener sexo acá mismo, la habitación es lo de menos, señora Park- dio un leve apretón a sus senos seguido de su trasero. 

-Yo quiero la habitación- sonrió. -Tienes cinco segundos para pensarlo, si llego y no te encuentro pasado el tiempo que te di me iré a dormir con Jung y las niñas - dicho lo anterior, la castaña subió las escaleras antes de que Jimin la tomara por el brazo, al pisar el quinto escalo unos brazos la detuvieron, tal como ella lo había pensado, Jimin ya se encontraba sin su corbata y quitaba lentamente su camisa color blanco.

-¿No es mejor llegar a la habitación sin ropa?. 


















Pido de todo corazón que lean y comenten la historia vkook, eso me motiva a seguir escribiendo al igual que con EMPau-, el user en donde me encuentro haciendo la colaboración, hoy en la noche habrá nuevo capitulo ya que los días de actualización serán sábados y domingos, espero que me apoyen no solo en la de vkook, si no que en mis demás obras, gracias <3. 

#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora