Capítulo 23.

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Puso sobre su frente un trapo húmedo, ambos yacian en la cama con alta temperatura en todo su cuerpo. El pequeño Jung no dejaba de toser y de incorporarse junto con el de Jimin quien palidecía con el pasar de los segundos. Dos días en cama era algo que no les gustaba. La castaña abandonó por segunda vez la habitación matrimonial para dar espacio a los dos que se encontraban en cama.

-¿Te sientes mejor?- interrogó Jimin quitando su cobija para dársela a Jung quien no dejaba de titilar por el frío. Eran víctimas de una gripe severa, bajando sus defensas hasta no tener ni una plaqueta.

La noche anterior en donde disfrutaba de un buen tiempo con su mujer fue interrumpido por Jung quien había llorado sin cesar por tener una mala pesadilla que lo tenía bañado en sudor, su cuerpo pálido y frío como el de un muerto preocupó en demasía a la pareja, llevando a ambos afectados inmediatamente al hospital para que pudieran controlar la gran fiebre que se apoderaba de ellos.

Jung negó tras haber escuchado la pregunta de su padre, escondió su cuerpo entre el de Jimin y, lo abrazó muy fuerte como si su vida dependiera de ello. Aunque la calefacción estuviera tibia el frío en ellos era impresionante. Encendió la televisión y con su mano alcanzó la taza de té que____dejó en su mesita de noche.

Dio un sorbo y sintió como su interior se calentaba a tal punto de sentirse bien, quiso darle a Jung pero este negó nuevamente diciendo que no quería nada, solo un simple descanso al lado de su padre era lo que pedía el menor de los hijos. Ambos habían llegado a una nueva conclusión, mantenían una fuerte conexión que afectaba a uno, tanto Jimin como a Jung y viceversa.

Miró la hora en el reloj y pudo ver que ya era demasiado tarde, la castaña no ha podido ir a su trabajo por velar la salud de sus seres queridos. Tenía que cuidar a Jimin en la salud y en la enfermedad, así fuese por una cosa tan simple, al igual que su hijo. Sus dotes de madre salían a la luz que dejaba con la boca abierta a Jimin quien solo agradecía por tener una mujer tan buena como_____.

Giró su cabeza para ver a Jung y él ya tenía sus ojos totalmente cerrados, disfrutando al parecer de un sueño tranquilo sin interrupción alguna, eso le agradaba. Podía dormir tranquilo sin el temor de que algo malo pasara._____ingresó a la habitación llamando la atención de Jimin, haciendo con su dedo índice una señal de silencio para que no despertara a Jung. Ella entendió y tomó asiento al lado de la cama, hundiendo el colchón para acariciar el cabello de Jimin así estuviese húmedo.

-Eres la mejor en cuidados intensivos- bromeó Jimin sonriendo haciendo que ella también lo hiciera. -Mereces más adelante una buena recompensa.

-¿Qué hiciste en las Vegas?- aquella pregunta la recibió de momento. Nunca le contó que era lo que había hecho y con quién se encontraba, sin embargo, ya debía saber el porqué de las cosas.

-Estaba con Carlo- mordió su labio inferior tras no querer un mal comentario, simplemente no quería tener una discusión en el momento menos indicado._____solo asintió con la cabeza y lo miraba sin emoción alguna, estaba molesta, Jimin lo sabía muy bien.

-¿Y eso era trabajo?- interrogó. Jimin sólo asintió. -Tuvimos una charla en donde me prometiste qué no estarías con esas cosas.

-Carlo es mí amigo, llevábamos unos años sin vernos, él tiene familia al igual que yo. Por más que queramos volver a los viejos tiempos no podemos por una simple razón; nuestra familia.

-¿No hiciste nada malo?- algo en su mente le decía que sí. Su intuición femenina estaba más que segura. Jimin era Jimin, se deja llevar muy fácil ante cualquier cosa.

-Pues....- miró a otro lado de la habitación mientras sonreía tímidamente. -Estuve en un bar, mientras Carlo llegaba pues decidí pedir vodka mientras miraba a algunas chicas que bailaban en el tuvo, en especial a una pelirroja.

-¿Disculpa?.

-Ella me estaba provocando con tan perfectos movimientos. Era hermosa, pero no tanto como tú.

-No cambias- se levantó de la cama para tomar las tazas que había traído para ellos. -¿Jung no quiso tomar nada?- preguntó cuando vio la taza completa que aún tenía algo de humo por lo caliente que se encontraba.

-Quería descansar, ofrecí varias veces pero negaba- respondió.

Antes de que la castaña saliera de la habitación por completo el llamado de Jimin la detuvo, girando sobre sus talones para verlo esperando a que hablara.

-No estás enojada, ¿o si?- preguntó Jimin.

-No lo estoy- respondió ella. -Solo espero que no te metas en cosas que no debes, por favor- su rostro lo decía y pedía. Si quería hacerla feliz con eso no lo volvería a hacer.

-Te lo prometo- le lanzó un beso al aire y ella sonrió. -Te amo,____.

-Te amo, Jimin- con eso bastó para que el pelinegro quedase tranquilo y pudiera dormir como lo hacía su hijo.

#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora