En Mongolia, cuando un perro muere es enterrado en lo alto de la montaña para que
nadie pueda pisar su tumba. El dueño del perro le susurra al oído que desea que se
reencarne, en su próxima vida, en un hombre. Hasta entonces, el alma del perro es
libre de vagar por la tierra y sus paisajes, durante el tiempo que quiera. Sólo algunos
perros se reencarnan en hombres, únicamente los que están listos para ello. Yo estoy
listo.
Esto lo aprendí viendo un programa de National Geographic en la televisión, así
que debe de ser verdad. Vivo con Danny, y he aprendido tanto de él... he aprendido
los principios para ser un buen piloto de carreras. Equilibrio, anticipación, paciencia.
Éstas son lecciones muy importantes, tanto para la vida como para una pista de
carreras. Danny es un verdadero campeón, aunque no todos lo vean así, porque
Danny tiene responsabilidades. Tiene a su hija Zoë, y tiene a su esposa Eve. Y me
tiene a mí.
Lo que más me gusta es correr por la hierba con la cabeza baja, sintiendo cómo
las gotas de agua del rocío me salpican la cara. Me gusta correr y sentir todos los
olores, toda la vida. Cuando yo regrese a este mundo voy a volver como un hombre, y
voy a caminar entre vosotros. Voy a estrechar vuestras manos. Y cuando vea a un
hombre, o a una mujer, o a un niño en problemas, voy a ofrecerle mi mano, a él, a
ella, a ti. Al mundo. Voy a ser un buen ciudadano, un buen amigo en el camino de la
vida que todos compartimos.
Mi nombre es Enzo. Y ésta es mi historia.
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El arte de conducir bajo la lluvia
RandomEnzo sabe que no es como los demás perros. Él es un pensador de alma casi humana. A través de los pensamientos de Enzo, que en la víspera de su muerte hace balance de su vida y rememora todo lo que han pasado él y sus amos, se desarrolla una histori...