Denny siempre dice:
—Con mucha suavidad. Como si hubiese cáscaras de huevo en los pedales y no
quisieras romperlas. Así se conduce bajo la lluvia.
Cuando miramos vídeos juntos, cosa que hacemos desde el mismo día que nos
conocimos, me explica esas cosas. ¡A mí!
Equilibrio, anticipación, paciencia. Todo eso es vital. Visión periférica, ver lo que
nunca viste. Cinestesia, conducir incluso con los fondillos. Pero lo que siempre me
gustó más fue oírle decir que no hay que tener memoria. No recordar ni lo que se hizo
un segundo atrás. Ni lo bueno ni lo malo. Porque la memoria es el tiempo que se
pliega sobre sí mismo. Recordar es desprenderse del presente. Para tener éxito en las
carreras de coches, el conductor no debe recordar jamás.
Por eso los pilotos registran compulsivamente cada uno de sus movimientos, cada
carrera, con cámaras de cabina, con vídeos tomados desde el interior del coche.
Necesitan almacenar así los datos; un conductor no puede ser testigo de su propia
grandeza. Eso dice Denny. Dice que correr es hacer. Es ser parte de un momento y
sólo ser testigo de ese momento, y nada más. La reflexión viene después. El gran
campeón Julián Sabella Rosa dijo: «Cuando corro, mi cuerpo y mi mente están
trabajando juntos con tanta velocidad y tan bien que debo asegurarme de no pensar si
no quiero cometer errores».
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El arte de conducir bajo la lluvia
LosoweEnzo sabe que no es como los demás perros. Él es un pensador de alma casi humana. A través de los pensamientos de Enzo, que en la víspera de su muerte hace balance de su vida y rememora todo lo que han pasado él y sus amos, se desarrolla una histori...