CAPITULO 10 CASTIGO

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Narra Annia

Otro día en el que me despierto para ver la triste realidad, sin mi mejor amiga y con dos locos persiguiéndome. Era un domingo perfecto, el sol a todo lo que daba sin nada de nubes, y los pájaros cantando en el bosque. Me levante y me puse a trabajar en la mini investigación que comencé a llevar a cabo para descubrir a quienes estaban tras de mí.

Abrí la computadora y otra nota estaba pegada ahí.

"Mi dulce sueño Tú eres perfecta.

Me he convencido de que a quien esperaba era a ti.

JTK"

Al terminar de leer esto, me quede pensando en quien podría ser la persona dueña de las iniciales, puesto que de mis amigos nadie había sido. Todos estaban muertos aunque realmente solo dos personas me importaban.

Las horas pasaron lentas, el calor hacía que me doliera mi cabeza, pero tenía que pensar en quienes eran, su objetivo estaba claro, era yo.

Pero las intenciones eran las que aún no me quedaban del todo claras, puesto que aunque decían que yo era lo que querían, no me cabía en la cabeza que alguien pudiera estar obsesionado conmigo y ¿Qué tal si era un trampa? Para que me llegaran a matar.

Sin más decidí tomar un descanso, y baje a la cocina por un jugo pero antes de llegar vi en la sala dos rosas, solo que una era marchita y la otra era frondosa, al parecer la marchita era de color rojo y la otra negro.

Me acerque a ellas y a medida que avanzaba un olor nauseabundo se hacía presente, al parecer venía de la rosa roja, que se veía realmente horrible, pero en cuanto estuve realmente enfrente de las rosas, la negra era la que desprendía aquel pútrido aroma.

Tome la rosa marchita y vi que en su interior tenía un papel quemado; lo saque con sumo cuidado y aún se podía leer lo que estaba escrito.

"Oh Anni, Anni fue un error sabes.

No debiste haberme retado, te dije que no lo volvieras a ver.

Mi dulce Anni, tendrás un castigo.

EP"

Me espante al terminar de leer, no podía creerlo, él me estaba vigilando y vio a Jeff. Tome la rosa negra frondosa y encontré la otra nota, y al parecer no me había equivocado, esa rosa desprendía un olor apestoso, después de tomar la nota la leí.

"Las apariencias engañan Anni.

Estabas saliendo a una cita con el enemigo.

Mi hermosa rosa negra, solo debes confiar en mí.

EP"

Después de leer aquellas notas, mi corazón se comenzó a acelerar, Jeff y la señora Hervent eran los únicos que seguían con vida, de los cuatro que me importaban, ellos seguían aquí, alguno de ellos pagaría y lo más probable es que fuera tras de Jeff.

Ahora me quedaba todo claro, ya había descubierto una de las piezas para completar el rompecabezas, ya sabía yo la identidad de quien me dejaba las rosas negras, pero aún me faltaba por resolver el misterio de él de las rosas rojas.

Jeff y la señora Hervent son lo único que me queda ahora.

Narra Jeff

Ayer fue el mejor día de mi vida, Annia se dará cuenta tarde o temprano de todo lo que hice por ella y estará conmigo para siempre, pero al parecer mi competencia sigue haciendo de las suyas, asustando a mi dulce sueño.

Me levante con mucho ánimo, estaba totalmente feliz, aunque un poco molesto puesto que mi hermano no dejaba de molestarme una y otra vez con lo mismo.

- Por favor Jeff, reacciona. Ella no te aceptará, sabes muy bien que no lo hará.

- ¡Deja de joder!

- Jeff recuerda lo que paso la última vez...

- ¡Ya cállate! – Espete molesto y harto de escuchar lo mismo- Si recuerdo la última vez, pero esa chica no me merecía así que al final, ella tenía que irse a dormir.

- Jeff...

Sin más salí de la casa dejando a mi hermano con la palabra en la boca, y me fui a buscar algún regalo para Annia, ayer que me quede vigilando su casa, logre ver que alguien más estaba allí, y al parecer había estado desde hace mucho tiempo vigilándonos.

El maldito, nos había seguido durante todo el trayecto en el que estuve con ella, si él se la quiere quedar no creó que pueda, Annia ya me dio la respuesta en cómo he de hacer para que se quede conmigo.

Anduve por todas las tiendas, pero no encontré algo que me agradara para llevárselo a Annia, así que volví a casa y espere a que se hiciera de noche, como siempre salí y me puse a buscar a alguna víctima, aún no habían hecho público mi última obra, supongo que ahora lo pensaran mejor antes de llamarme "Asesino de la Gran Sonrisa".

Continúe caminando hasta que en un callejón obscuro, vi que salía una chica corriendo, se tropezó conmigo.

- ¡Ayúdame por favor! –dijo con desesperación y lágrimas en los ojos.

- En que te puedo ayudar –dije tan calmado como siempre

- ¡El viene tras de mí por favor! ¡Por favor no debe encontrarme!

- Te ayudare

- ¿En verdad? ¡Oh Gracias te lo agradezco...o...o!

Ya no termino de hablar, puesto que mi cuchillo se clavó en su estómago.

- Go...to...Sleep

Finalice con un susurro, avente a la chica y me dirigí al lugar de donde ella venía corriendo, en cuanto doble en la esquina de la cuadra encontré una florería envuelta en llamas.

Mi Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora