CAPITULO 12 ¿CUANTOS MÁS?

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Narra Jeff

"Sin importar que pase, todo para mí puede ser relativo, ¿estaré mal? Solo soy yo, nadie en especial y ahora me doy cuenta de que él loco en este mundo no soy yo si no la sociedad, ¿Porque no hacer lo que ellos me hacen? ¿Porque no quitar la vida? Nadie tiene derecho pero... eso que más da, sin importar lo que uno haga; todos los demás lo criticarán, todos fingen, solo muy pocas personas son buenas, pero siempre habrá algo que las corrompa."

Ese fue mi primer pensamiento al ver a aquellos chicos burlarse de mi querida Annia, me recordaron a lo bravucones que me hicieron ser lo que soy.

Me quede ahí parado pero en cuanto sonó el timbre me dedique a seguir a esos estúpidos chicos para deshacerme de ellos, estaba que me salía de mis casillas, durante todo el trayecto anduve tras ellos, pero no era el único, también había alguien más, al parecer mi competencia me venía siguiendo.

Cuando al fin supe toda su rutina, deje de seguirlos, puesto que en la noche me encargaría de ellos.

Fui a ver a Annia que de seguro estaría demasiado triste, en cuanto llegue a su casa llame a la puerta pero nadie me contestaba, le llame al móvil pues supuse que tal vez estaría concentrada en otra cosa, pero nada.

Volví a insistir y espere un rato, tal vez se estaba bañando o había salido, me quede dos horas ahí sentado enfrente de la puerta pero nadie salí ni venía. Preocupado agarre y comencé a tocar la puerta fuertemente, al tratar de abrirla me di cuenta que estaba cerrada con llave, sin más tardanza comencé a buscar una entrada, pero al parecer todo estaba cerrado, hasta que eche un vistazo en la cocina y con gran suerte encontré que una ventana no la había cerrado, entre por ahí y corrí lo más rápido que pude a su habitación, la abrí de un portazo y encontré su habitación hecha un relajo, todo estaba tirado y aventado, parecía que hubo una pelea.

- ¡ANNIA! ¡ANNIA! ¡ANNIA!

Comencé a gritar desesperadamente hasta que escuche un llanto que provenía del armario, me dirigí allí y lentamente lo abrí, ahí descubrí a Annia llorando, acurrucada como una niña pequeña, me arrodille y le toque el hombro en ese momento ella se asustó un poco pero de repente me jalo hacia a ella y me abrazo.

Yo le correspondí el abrazo sin demora, ella continuo llorando en mi pecho, duramos así hasta que anocheció, entonces ella otra vez se volvió a quedar dormida. La acosté en su cama y la tape con sus cobijas, sin más me asegure de cerrar muy bien puertas y ventanas y todos los accesos posibles que mi competencia pudiera usar. Solo deje uno con un truco que solo yo conocía para poder entrar de nuevo.

Me dirigí a la casa de mis víctimas, uno a uno fui cortándoles la garganta, o acuchillándoles, deje para al final al líder.

Al llegar note que estaba en su cuarto, sus padres habían salido o eso supongo puesto que no había más luz que la de aquel sitio. Subí por uno de los árboles y entre por la ventana. Él no se encontraba en su habitación así que apague la luz y me escondí en las sombras, comencé a escuchar pasos y voces, el chico se detuvo y gracias a eso pude apreciar la conversación que tenía con alguien más por teléfono.

- Creó que ahora si la perdí. – dijo con suspiro pesado.

- Es que enserio la regaste, ¿Cómo se te ocurrió decirle eso? ¿Después de todo lo que pasó solo a ti se te ocurre decir algo tan imbécil? – decía una voz desde el otro lado de la línea.

- Ya lo sé, Soy Un Idiota. – al terminar de decir esto golpeo la pared.

- Si el más torpe que conozco, ¿y ahora como lo piensas arreglar? –dijo preocupada la voz del otro lado.

- Pues no tengo idea, supongo que solo me alejare de ella y...- dio un suspiro pesado- ya puesto lo que dije no es algo que se perdone tan fácil y más siendo ella.

- Tienes razón, pues espero que puedas soportarlo.

- Sí yo igual - y diciendo esto entro, se aventó a su cama y suspiro pesadamente.

Se quedó viendo hacia la ventana, al parecer ni siquiera se percataba de que yo estuviera ahí, quise dejarlo ir y seguirlo otro día para causarle daño a la chica que tanto quería pero me lleve la sorpresa de mi vida cuando continuó hablando.

- Annia....lamento lo que dije pero así es como soy yo....ahora ya no me perdonaras jamás y perdí mi oportunidad de conquistarte.

- Amigo jamás te había oído decir algo así – dijo la otra persona.

- Ni yo- dijo suspirando- jamás lo pensé

- ¿Cómo fue que llegaste a eso?

- Pues veras...

Flashback

Fue el primer semestre en el que llego, me tocó trabajar con ella para el proyecto de Animación, ella trato de llevarse bien conmigo y yo actué como siempre, pero cada vez y cada día que nos reuníamos algo en mí se activó, me comenzó a gustar su forma de ser, su forma de reí hasta su forma de pensar, un día llegue yo triste y ella se acercó y me ayudo, fue ahí cuando me di cuenta de que me gustaba, pero no sé lo podía decir, cuando me decidí a hacerlo fue cuando me di cuenta que a ella le gustaba el imbécil de Eric, él se metió en medio alejándome de su vista, yo por eso me volví así con ella, y pensé que así tal vez vendría corriendo conmigo como cualquier otra chica, pero no lo hizo en vez de eso me trato igual que yo la trataba.

Finflashback

...Y por eso seguí con eso hasta el final.

- Sí y mira como acabo.

- Lo sé, cuando le paso todo esto, quise acercarme pero no me lo permitió– dijo con pesadez y tristeza- Ahora la perdí.

- Amigo si le pides disculpas, tal vez logres algo.

- Sí tal vez- y dicho esto colgó el teléfono y se quedó viendo la ventana

Mis puños estaba cerrados, mi ira salía no me podía controlar, así que salí de mi escondite y me acerque con todo el silencio que pude, en cuanto estuve detrás de él, descargue una rápida puñalada en su espalda ni siquiera le di tiempo a gritar.

- Jajajajajajajajaja ¡ANNIA ES MÍA! ¡MÍA! Y no será de nadie – decía y repetía mientras descargaba varias puñaladas, haciendo brotar la sangre a chorros por todo el lugar, cuando por fin termine de desquitarme dije sin remordimiento – Go...To...Sleep.

Y así sin más me fui de allí, tenía que volver a la casa de Annia, la noche era oscura y fría, estaba perfecta, mi ira seguía a flor de piel, no me conforme con aquel idiota y una calle antes de llegar me metí en una casa y me dispuse a saciar mi sed, hasta que estuviera satisfecho; por suerte en esa casa habitaban cuatro personas.

Hice todo una obra de arte con ellos, me quedo tan espectacular que decidí tomarle una foto.

Llegue a la casa de Annia y entre por la parte que había dejado. Al llegar subí a su habitación y me quede sentado junto a ella, ya no podía vigilarla desde lejos, desde aquel árbol, tenía que estar cerca de ella.

- ¿Cuántas víctimas más son necesarias para poder tener la felicidad? - Me hice aquella pregunta hablando sin temor a que Annia me escuchara. - Las que sean necesarias, por ti mi querida Annia.

Mi Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora