CAPITULO 9 ¿CITA? O ¿SALIDA?

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Narra Jeff

Cuando llegue a la casa de Annia, entre cómo me dijo y la encontré guardando sus llaves y celular en una pequeña mochila, me le quede viendo un momento, a pesar de que su ropa era casual se veía realmente bonita.

Ella volteo y en cuanto me vio se acercó hacía mí.

- ¿Lista? – le pregunte

- Sí

Salimos de su casa y nos dirigimos al centro de la ciudad, la verdad que no tenía nada planeado, pero iba a ir improvisando poco a poco.

En el trayecto íbamos callados y era un silenció incomodo, se sentía el ambiente pesado y tenso, algo que no auguraba nada bueno.

- Jeff –dijo ella rompiendo aquel molesto silencio- ¿Has escuchado sobre los asesinatos?

- Sí

- Entonces supongo que sabrás que de todas aquellas personas, algunas eran cercanas a mí.

- Sí lo sé.

- Jeff creó que será mejor que ya no nos veamos...

Al oír aquellas palabras fue como si me hubieran echado un balde de agua fría, ¿por qué razón ella ya no quería verme? ¿Acaso descubrió lo que soy? Al parecer resulto ser como todas las demás. Me sentía muy tenso y enojado, comencé a deslizar mi mano hacía la bolsa de mi pantalón, pero antes de que agarrará el mago del cuchillo ella continuo hablando.

- No quiero que también desaparezcas de mi vida –dijo mientras volteaba su cara mirándome directamente a los ojos.- Jeff, no quiero perderte a ti también.

Las últimas palabras de esa oración resonaban en mis oídos, en mi cerebro se grabaron, la única chica por la que estaba haciendo esto estaba preocupada por mí, aunque lo que me molesta es que siga pensando en que soy normal.

- Tranquila, nada va a pasarme – dije tranquilizándola- no me voy a alejar de ti jamás.

- Jeff no solo es una persona la que me acosa, son dos –dijo con un miedo en su voz, al parecer tenía pánico pero no de mi si no de Eric.

- Tranquilízate Annia, no pasara nada, no dejare que te hagan daño.

Al finalizar de decir esto, me acerque a ella y la abrace.

- Pero vamos quita esa cara -dije al apartarme- hoy no te acuerdes de nada y solo disfruta.

Y sin darle tiempo de hablar la jale corriendo y llegamos hasta el centro comercial, sin más la lleve a un arcade. Al entrar, busque un videojuego atractivo, y en cuanto lo encontré llame a Annia para que lo jugáramos, ella se sentó y al principio seguía triste, pero a medida que avanzábamos en el juego ella comenzaba a sonreír y a emocionarse; su sonrisa era simplemente perfecta, no la podía volver más hermosa de lo que era.

Mi Dulce SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora