Capítulo 15

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Ethan se despertó sólidamente enrollado en su almohada extra.

Sentía los ojos arenosos e hinchados y la luz más brillante de lo habitual. ¡Oh cielos! Mientras Thomas dormía tranquilamente en la habitación de al lado, él estaba desesperado por un sueño húmedo que le había parecido totalmente real. Bien.

Nunca conseguiría acabar ese trabajo sin una seria dosis de pensamientos positivos, por lo tanto, de ahora en adelante, mantendría sus emociones firmemente bajo control y su mente en los negocios.

Logan, el agente de Thomas, había ocupado a Ethan el resto de la tarde del día anterior con su agenda fuera de temporada durante una reunión telefónica, él y Thomas tenían varios eventos en la semana pero el más importante era el del siguiente miércoles por la noche, él y Thomas participarían en un importante evento de caridad en los viñedos de Napa Valley.

Se sentó y miró el reloj para ver la hora. ¿Eran las doce del mediodía? Pestañeó vigorosamente y miró de nuevo. Su reloj biológico siempre lo había despertado a las seis y media de la mañana, incluso cuando cambiaba de huso horario. ¿Cómo pudo pasar esto?

Thomas lo había alborotado todo. Totalmente.

Se fue a la ducha, y se vistió en un tiempo récord. Entonces, fue a la cocina en busca de café deseando que Thomas estuviese absorto en la televisión o algo por el estilo. No tuvo tanta suerte. Thomas estaba en un rincón soleado cerca de la mesa de mármol de la cocina. Parecía que tenía varios contratos esparcidos frente a él y un bloc de notas amarillo lleno de garabatos. Bien. Estaba trabajando duro mientras él dormía toda la mañana. Una vez más había conseguido estar un paso por delante de él.

— Creí que te gustaría un poco de café —le dijo— acabo de preparar una cafetera. — Como si Thomas pudiese leer la mente de Ethan, prosiguió— tengo el hábito de despertarme temprano para entrenar en el campo de la facultad. Nunca he podido dormir hasta mediodía.

Ethan asintió con la cabeza y se sirvió una taza grande de café humeante, no confiando en sí mismo para hablar hasta que absorbiese su dosis diaria de cafeína. Demonios, tampoco confiaba en sí mismo para estar en la misma habitación que él. Si su sueño fuese una indicación de su falta de sexo, estaba peligrosamente bajo en autocontrol.

— Generalmente también me levanto temprano —dijo Ethan a la defensiva y odiándose por ello.

— ¿Algo te ha mantenido despierto ayer por la noche?

Ethan hizo una mueca por el golpe bajo.

— Tuve que llevarme trabajo a la cama —respondió.

Cuando se dio cuenta de que literalmente había llevado su trabajo a la cama, se ruborizó. ¡Diablos! nunca se ruborizaba, como era un tipo de piel clara, el mismo se había enseñado desde muy temprano a no revelar sus emociones fácilmente. Bien fuera en situaciones personales o profesionales, mantener el control era vitalmente importante.

— Ya veo —dijo Thomas.

¿Estaba Ethan, imaginando un tono ligeramente burlón en la voz de Thomas? ¿O era un sentimiento de culpa?

— Nuestro evento más importante es el miércoles por la noche —dijo Ethan— En Napa.

Thomas se movió en su silla.

— No te pongas algo como lo que usaste ayer por la noche, nuevamente.

— ¿Cómo? —dijo Ethan nítidamente.

— No lo tomes a mal, estabas bien con ello.

A Ethan le gustó su elogio. Le gustó mucho.

Era la hora de poner a Thomas firmemente en su lugar.

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