— Ethan, te amo.
Tambaleándose Ethan dio un paso atrás, sentándose rígido en un banco de piedra, sus codos encontraron sus rodillas y bajo la cabeza mirando al césped, Thomas se aculquillo a sus pies.
— Ethan... —susurro Thomas.
Ethan no lo miró, él le cogió las manos frías entre las suyas.
— Sé que hicimos un trato —admitió— Pero las cosas han cambiado.
Ethan levantó la barbilla para mirarlo, sus ojos parpadeando.
— ¿Cómo? ¿Cómo que han cambiado? Tú eres tú, y yo sigo siendo yo.
Thomas se movió para sentarse a su lado en el banco.
— Al principio jugábamos al gato y al ratón, porque queríamos ver quien ganaría. Pero ahora hay mucho más. Quiero quedarme contigo, Ethan. No quiero que nos separemos, ¿entiendes?
— ¿Desde cuándo?
Thomas frunció el ceño.
— ¿Desde cuándo qué?
— Desde cuando prefieres a los chicos... quiero decir... para tener una relación, creí que esto solo sería sexo y está bien, pero una relación es complicado.
— Desde ti. —Confeso Thomas. — Me van los chicos desde ti, desde que comenzamos esto, desde que te conocí. Nunca ha habido otro Ethan, nunca, no he estado con otro hombre antes, solo contigo.
— Solo porque te gusta el sexo conmigo no significa que me ames.
— Me ha gustado tener sexo con muchas personas antes.
Los ojos de Ethan brillaron con dolor de nuevo.
— Gracias por recordármelo. —su voz era casi un sollozo.
— Pero no he amado a ninguna de ellas. —Thomas tomo el rostro de Ethan entre sus manos y paseó el pulgar por una de las mejillas de Ethan. — Solo a ti.
Ethan se apoyó en la mano levemente, y la opresión en el corazón de Thomas se aflojó.
— Me has tomado por sorpresa —susurró— no sé qué pensar.
Thomas lo atrajo hacia sí y lo besó suavemente en los labios.
— Confía en mí —dijo en voz baja contra su boca— Vamos a estar muy bien juntos.
A Ethan la cabeza le daba vueltas, fue exactamente en como Thomas jugaba con la palabra amor. Hacía un minuto estaba ayudándolo a olvidar todos sus viejos miedos y al siguiente, nuevas dudas se amontonaban unas encima de otras. ¿Y qué decir de lo profundamente que lo había lastimado antes? ¿Y sobre la multitud de mujeres hermosas que le esperaban antes, durante y después de cada partido, y en la salida del vestuario, en la sala de descanso, o alrededor de la piscina? Y qué hablar sobre Thomas marchándose cuando su nueva temporada comience y tenga que partir a New York a sus entrenamientos y los partidos.
Durante mucho tiempo, Ethan se había negado al placer porque tenía mucho miedo a ser herido otra vez. ¿Y si esta fuera realmente su única oportunidad de ser feliz?
Tal vez ya era hora de darse la oportunidad. De entregarse al hombre que decía amarlo, y luego si las cosas seguían yendo bien, si Thomas no lo abandonaba, o Ethan no perdía su negocio porque todos pensaran que era un tonto por enamorarse de un quarterback, playboy y rico, tal vez hasta pudiese decirle lo mucho que siempre lo había amado.
Pero, por ahora, solo caería en la red que le estaba ofreciendo. Lo único que sabía con seguridad era que le encantaba la sensación de sus brazos fuertes alrededor de él.
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Entrégate
RomanceThomas Blackwell no necesita una niñera. Él es un héroe en el terreno de juego. Tiene éxito, fama, dinero, e infinitas mujeres. Lo único que no tiene es una buena reputación. Después de ser constantemente acosado por los medios de comunicación, por...