Gran Historia | 2.0

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Peter estaba desparramado sobre el sillón con los brazos sobresaliendo a lo largo.

Su camisa blanca, antes perfectamente planchada, se encontraba con unos desgarros en el área del abdomen, los primeros tres botones desabotonados y la corbata mal amarrara alrededor de su cuello desnudo.

Si mirabas con delicadeza podías notar ciertos detalles, por ejemplo, le faltaba el zapato izquierdo y el saco del traje; no estaban por ningún lado.

Los ojos de la tía May casi salían de su lugar, no podía creer lo que miraba.

Además del aspecto fachoso de su sobrino, una cortina de la ventana estaba desgarrada en el suelo y una chica pelirroja dormía sobre su cama, de las sabanas salía a relucir el brillante y bien alisado color rojo.

May gritó.

A pesar del estruendoso grito, la pelirroja no se despertó, permaneció enrollada entre las sábanas de Peter completamente ida.

Peter se levantó como rayo, lanzando miradas hacia todos lados hasta encontrarse con los ojos de su queridísima tía.

May le dio una mirada de muerte y moviendo la cabeza sutilmente señaló a la chica que dormía tranquilamente.

Los labios de Peter se separaron ligeramente, había olvidado por completo que había escabullido a Jane en su habitación después de la fiesta, cuando estaba muy muy borracha como para caminar.

Procesando palabras de defensa, Peter abrió la boca para objetar la mirada asesina de su tía, sin embargo, ambos fueron sacados de su discusión silenciosa cuando un visitante inesperado cruzó la ventana.

Usando chamarra, pantalones y tenis deportivos, la melena pelirroja de Jane Jas cayó dentro de la habitación, y si May no estuviera ahí y Peter no estuviera despierto, no habría llamado la atención su entrada.

Alzó la mirada y se quedó hecha piedra. No esperaba ver a la tía de Peter despierta a las 5:58, la madrugada del sábado, pero por supuesto que iba estar ahí, pues Peter no se comunicó con ella en toda la noche.

—Hola —sonrió Jane.

May sacaba humo por las orejas, si no era Jane la que estaba acostada dentro de la cama de su sobrino, entonces ¿quién era esa?

Peter parecía igual de perdido de su tía, instintivamente desvió la mirada hacia su cama. Jane tendría mucho que explicar.

Sutilmente, Jane trató de regresar sus pasos, pero May la fulminó con la mirada y con un tronar de dedos la obligó a sentarse en la silla 'ejecutiva' del escritorio de Peter.

Sin nada que decir, Jane obedeció las órdenes.

—Ni siquiera sé por dónde empezar —empezó, mientras relajaba la vena saltona que amenazaba con tomar posesión de su frente.—Creo que lo sé, ¡¿Quien demonios duerme en tu cama, Peter?! Si Jane está ahí, ¿quién está allá?

Peter miró a Jane en busca de respuesta, solo recibió una encogida de hombros, no estaba ayudando.

—S-según yo era Jane... —respondió Peter, con delicadeza.

Mala elección de palabras.

—¡Según tú! —Jane se sobresaltó en la silla, May la volteo a ver furiosa, esta intentó evadir la mirada pero no pudo—. ¿Jane?

Ellos no van a lastimarme | Peter Parker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora