Flash Thompson se sentó en una banca del parque a esperar a su novia Liz Allan, habían quedado a las 8 pm, pero Flash sabía que si no llegaba antes, seguramente llegaría más tarde. Liz se molestaba un poco cada vez que le hacía eso.
Miró hacia los lados esperando a ver a alguien con quien platicar, pero solo pasó por su vista Jane Jas.
Se debatió mentalmente si llamarla o no, pues a Liz no le gustaba tanto la antigua amistad que tenía con Jane, pero se veía tan sola sentada sobre el pasto que su tentación le ganó.
Flash se levantó de la banca y caminó hasta Jane, como estaba sentada de espaldas a él, ella no lo vio venir.
—Hola Stevie —la saludó dándole una suave patada en el muslo, Flash no tomó asiento junto a ella, solo se quedó mirando su reacción desde arriba.
Jane salió de sus pensamientos y alzó la mirada encontrándose a la persona que no esperaba ver.
—Solo mis amigos me llaman así —gruñó Jane—, tu ya no eres mi amigo.
—¿No lo soy?
—No.
Flash rió, decidió sentarse junto a Jane, aún faltaba para que Liz llegara. Jane mantuvo distancia entre ambos pero no objetó el acto de Flash.
—cuéntame, ¿por qué no soy tu amigo? —preguntó Flash, con su tono tan engreído que lo caracterizaba.
—Desde que te convertiste en un idiota ya no me agradas, ¿esperas a alguien?
—a Liz —respondió sin tartamudear.
—Lo suponía —Jane fijó su mirada en los chicos que practicaban skateboard a unos metros de distancia, y sintió deseos por levantarse y robar una tabla.
—¿y tú? ¿Esperas a alguien?
—Si, a Harry.
—¿Osborn?
—Sí, pero a diferencia de ti, el debió llegar a las 7:30.
Flash frunció el ceño pero inmediatamente cambió la mirada a una de complicidad, sonrió—, ¿y para que lo esperas? ¿Te traes algo con él?
—Ufff —sonrió Jane—, ya quisiera, es guapo ¿no lo crees?
—Es un idiota.
—Vaya, ¿que te hizo?
Un carraspeo los hizo alzar la mirada, Liz Allan los mirada con una ceja en alto y los brazos cruzados en el pecho.
Flash se levantó de inmediato, a Jane le tomó más tiempo. Flash abrazó a su novia y le dio un beso en la mejilla.
—Hola Jane —saludó Liz ignorando a su novio, no le quitó la mirada a la pelirroja.
—No te saludaré porque te odio —bufó Jane, sin pestañear.
—Steve —le reprendió su amigo.
—No te confundas Jane, solo era amable porque sabía de tu amistad con Thom, pero ahora que veo que no te importa, nada me impide llamarte perra.
Jane se echó a reír, Liz era de esas personas que no le queda decir groserías, su insulto no tenía suficiente fuerza.
—No te hagas, sé que te ardías cada vez me veías con Flash, no dudaste ni un segundo en destrozar nuestra amistad —contraatacó.
—¿Me echas la culpa? Tú terminaste tu amistad con Thom cuando te enamoraste de él. Puedes engañarlo a él y ti misma, pero no a mí.
Punto para Liz.
Flash casi se va para atrás al escuchar eso último, no logró ocultar su sorpresa, y lo peor era que no sabía que decir.
Por suerte para Jane, Harry llegó en el mejor momento y la sacó de ahí.
Ni a Liz ni a Flash les importó, ellos igual se fueron de ahí, Flash seguía un poco aturdido pero siguió a su novia. Harry llevó a Jane a unos bancos del parque y ambos se sentaron.
—No digas nada, haré como que no escuché ¿de acuerdo? —intentó ser comprensivo con la situación, sin embargo, eso no le impediría contarle a Peter.
—Gracias, Harry —trató de sonreírle, pero su fallo le hizo bajar la cabeza.
—Supongo que ahora es mi trabajo distraerte —rió empujándola ligeramente para darle ánimos, a pesar de que no le pareció gracioso, Jane rió.
—Entonces, ¿por qué querías hablar conmigo?
—Bueno, tú sabes que Peter es mi mejor amigo...
—Alto, alto —interrumpió Jane—. ¿Esto es sobre Peter?
—¿Te molesta?
—Claro que no, pero sospecho que no soy su persona favorita.
—Qué bien, porque lo invité a venir también.
La incomodidad de Jane creció, tragó duro y su pulso aumentó. No quería ver a Peter, y sospechaba que él tampoco la quería ver.
Desvió la mirada para distraerse, se sobresaltó, por un segundo le pareció ver por el rabillo del ojo a un hombre de traje con un parche observándola desde el otro lado de las rampas de skate.
Regresó para asegurarse, pensó que solo había sido su imaginación, pero seguía ahí. El hombre se dio la vuelta y empezó a alejarse. Sabía que debía ir.
—¿Jane, estás bien? —Harry le dio un apretón en el hombro para bajar la tensión de su cuerpo. Jane no le hizo caso alguno, empezó a ver hacia los lados.
—Oye Harry, ¿quieres un helado? Voy por uno —No esperó respuesta y se levantó, Harry le dijo que iría con ella pero rápidamente se negó.
Se apresuró a llegar al carrito de helados, sabía que el árbol en el que estaba apoyado el carrito taparía la visión de Harry, por lo que en cuanto se aseguró de que no la vería, salió corriendo a buscar al hombre del parche.
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