Teorías de los multiversos | 4.2

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El mundo rosa de adolescente se esfumó. La víspera de Navidad con los Parker había sido el mejor día de Jane desde que la instalaron en Queens bajo vigilancia, pero como todo lo bueno, tenía que terminar.

Jane se encontraba dando vueltas en la acera de enfrente a la casa de los Thompson. Con el tiempo, Jane había aprendido a reconocer cuando los padres de Flash no se encontraban en la ciudad, quizá por eso Venom había amenazado a Flash con Liz en vez de con sus padres. Ahora tenía sentido.

Entonces, si no había inocentes cerca, fácilmente podría tocar el timbre y atacar en cuanto estuviera adentro, y ahora que Liz seguía en la seguridad de las instalaciones Osborn, no había de qué más preocuparse.

Peter llegó hasta ella, Jane se sorprendió de ver al castaño caer de cuclillas en el asfalto desde una altura mortal para humanos sin poderes, tenía su traje del hombre araña puesto y caminaba con confianza desde la calle contigua. Para alguien que el día anterior había perdido sus poderes, se veía muy fuerte.

—Y ayer llorabas por tus poderes —bramó Jane, con juego. Y no era mentira, antes de que Peter cayera dormido la noche anterior, empezaron a ver una película de superhéroes, el chico lloró porque ya no tenía sus poderes—. Supongo que era algo temporal.

—Romper la puerta del baño jamás me había traído tanta felicidad —dijo Peter, sonriendo, aunque no se notaba mucho por la máscara—. Al parecer no eres tan genial con esos poderes de curación.

—No célebres tanto que podría intentarlo de nuevo —dijo Jane, con un aire enérgico. Le lanzó a Peter una mirada mortal antes de regresar su atención a la casa Thompson—. ¿Qué dices? ¿Irrumpimos en la casa?

—¿Por qué no intentas tocar el timbre? Jamás he visto a Venom manifestarse en el día, tal vez te abra la puerta tu viejo amigo Flash.

—Eres muy gracioso —bufó Jane en respuesta—, quieres usarme como carnada.

—Jane, si estuve dispuesto a matarte, ¿Por qué no lo estaría a usarte como carnada? Además, tú eres Anti-Venom, naciste para esto, literalmente.

Jane se preparaba para poner su mejor sonrisa, cruzar la calle y tocar el timbre de la casa inocentemente, pero esa confesión le hizo detenerse. Peter le había restado importancia pero tampoco lo hizo sonar como una mentira.

—¿Qué? ¿Cuándo quisiste matarme?

—¿Además de cada vez que abres la boca? Cuando pensé que despertarías de tu segunda muerte como Venom, Liz me dijo que te vio convertirte en él.

—Entonces, ¿Cuando Liz era Venom te preocupaba hacerle daño, pero cuando creíste que yo lo era estabas dispuesto a matarme? —preguntó Jane con ligera molestia.

Si bien Peter había hecho el comentario para iniciar esa conversación y así quitarse ese peso de una vez por todas, ahora se arrepentía ligeramente. Durante la cena de víspera, las cosas con Jane habían sido agradables, pero parecía que no había modo de estar bien con ella por más de dos horas.

—Estuve y estoy dispuesto a hacerlo porque sé que es lo que tú querrías.

Las cejas de Jane se fruncieron—. ¿Disculpa?

Eso no sonaba bien. Peter quería correr, a veces Jane lograba verse más aterradora que Anti-Venom. La pelirroja dio grandes zancadas, acercándose peligrosamente a Peter, él solo podía retroceder con los nervios de punta.

—¿Crees que daría mi vida para destruir a un estúpido simbionte? —preguntó Jane, sonaba como una pregunta retórica. Peter guardó silencio—. ¿Es broma, no?

Ellos no van a lastimarme | Peter Parker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora