Norman Osborn | 3.2

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Jane llegó hasta Harry. Se molestó cuando le informó que Peter y Liz ya no requerían del vino, pero resultó mejor porque cada uno se adueñó de dos copas. Harry empezó con su parloteo, y por primera vez Jane se alegró de escucharlo.

—Es muy extraño que me vayas presentar a tu familia cuando tenemos una semana de conocernos —dijo Jane, cambiando radicalmente el tema.

Con una mueca, miró a su alrededor, algunos de los presentes (no sabía cuantos ni cuáles) eran parientes de Harry; con la navidad a un día sonaba coherente. El comentario pareció incomodar al chico.

—Lo se, perdón. Era una emergencia, mi padre solo se entera de mi vida dos veces al año: en Navidad y el aniversario de muerte de mamá. Y cuanto más se enorgullezca de mi en esos dos días, más beneficios recibo el resto del tiempo entre fechas. Como ya te habrás dado cuenta, necesito otro teléfono.

Harry sacó el teléfono de su bolsillo y lo sacudió frente a las narices de Jane, era un teléfono anticuado y usado con anterioridad. Esa explicación no le dio todas las respuestas a Jane, aún no comprendía del todo la situación. Harry solo le había llamado un día y le pidió que fuera su acompañante, le explicaría luego.

Ese "luego" era ahora.

—¿Qué pasa con tu cumpleaños? ¿Año nuevo? ¿Su cumpleaños? —preguntó Jane.

—No me quejo —se encogió de hombros—. En mi cumpleaños siempre recibo una nota y un regalo costoso, en año nuevo va a fiestas de su trabajo, a veces ni siquiera son en Nueva York y me parece que ni siquiera le importa cuando cumple años.

—Vaya —suspiró Jane, con real asombro—. ¿Yo tengo algo que ver con que él se sienta orgulloso de ti?

Harry asintió, tomó un trago de vino antes de continuar. Jane siguió el ejemplo.

—Le gusta que tenga buenas amistades, ya sabes, con personas importantes —explicó—. Mi padre es amigo del padre de Flash, y ambos creen que somos amigos, lo mismo pasa con Liz, aunque no me agrada mucho.

—Te creo, a mi tampoco me agrada.

Harry arqueó las cejas y le lanzó una mirada de: "Ah, no me digas. No me había fijado". Ambos terminaron por reír, quien no los conociera pensaría que eran una perfecta y adorable pareja joven.

—El punto es que tu apellido llama mucho la atención, me parece que tu madre es una reconocida diseñadora...

—Alguien estudió sus notas —comentó Jane, con sarcasmo ligero.

—Creo que le alegrará conocerte —terminó Harry.

—¿Qué pasa si no?

—Pues, Harry Osborn no tendrá celular nuevo.

Jane no pudo evitar reír. Tuvo que tragar rápido el vino que tenía en la boca para no escupírselo a Harry en la cara. Eso era lo que necesitaba, reír y divertirse, distraerse de todo lo demás.

—Es muy siniestro como hablas de ti mismo en tercera persona —comentó Jane.

Harry se encogió de hombros, le iba a dar otro trago a la copa de vino pero algo le detuvo, su mirada estaba perdida. Jane se volvió hacia dónde Harry miraba, solo logró ver personas arremolinándose ante la llegada de alguien. Ese alguien debía ser Norman Osborn, el padre de Harry.

Ellos no van a lastimarme | Peter Parker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora