Perfume

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Es extraño decir esto, pero puedo siquiera resistirme a tu perfume, porque es tuyo, si lo tuviera otro no olería igual, ni me gustaría tanto. Entro a la habitación y el ambiente pesa con ese aroma, nunca antes lo sentí tan cerca, pero no me llena, porque aun no lo hice propio, solo está, eso es todo. Muero de ganas de olerlo desde tu remera, o detrás de tu oreja, o sobre tu cuello. Que doce horas después aun este sobre mi, cerca de mi nariz, llenándome los pulmones. No es un frasquito, ni una marca comercial, es esencia y fragancia humana, tu cuerpo lo emana y eso es suficiente, es como el olor del polen en primavera, o carne asada en una parrilla. Es tan perfecto que me da miedo necesitarlo como al oxigeno, pero quizás no para vivir, sino para morir en el intento.

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