POPURRÍ

Irse

Caminar por la playa con el sol a medio desaparecer y sentir la arena entre medio de los dedos. Manejar en la ruta, vislumbrando las montañas nevadas, con música de fondo y vientito desde la ventanilla. Sentir el agua de una cascada golpeandote la espalda con el solcito de la mañana en la cara. Recorrer un palacio con perfume a antiguo, y un mapa en la mano. Irse. Lejos. A donde sea. Volar en parapente sobre el caribe. Escalar un monte por primera vez. Perderse en una ciudad desconocida. Acampar en el bosque. Que duelan los pies. Lejos. Estar física y mentalmente tranquilo lejos. Solo. O no tan solo. Tomarse a un avión al azar. Mirar la luna desde el otro hemisferio y las auroras boreales en Australia. Alejarse de lo cotidiano. De lo insulso. De lo agotador. Tener frío en ushuaia y calor en el cairo. Viajar, con un libro, con un poco de ropa, con un par de mapas y un gorro. Irse. Viajar en tren. Caminar kilómetros. Andar a caballo. Ver caras desconocidas. Hacerse entender en china. Tener religión un día. Y no tener identidad otro. Deshacer el habitué. Hacer una valija. Dejar un candado en un puente. Tomar sol en una playa escondida. Recorrer una cueva milenaria. Ver animales en su hábitat natural. Comer bacalao en Portugal. Olvidarse. Desaparecer. Desaparecer. Olvidarse. Irse. Irse. . . irse