Sola

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Siento cosas, como ganas de llorar o de reír. A veces no entiendo que siento y a veces quiero no sentir. Tampoco se como evitar sentir cosas que me ponen mal. Tengo poco autocontrol y los nervios a flor de piel. La angustia en el lagrimal atina a escaparse. No me importa que alguien entienda, prefiero la comprensión. O mejor aún, el aguante. Ese momento en que todo puede salir mal. Pero que no es el fin de nada. Y yo estoy ahí en el precipicio amenazando con caer al vacío, sabiendo que nada malo va a pasar, pero sin nadie que me frene, o que vea como el miedo me aferra al piso sin dejarme levantar. Es como hacer de una brisa en la playa una tormenta de arena. Es mi terror, mi mal humor, mi enojo, mi problema. Todo en mi cabeza. Por fuera soy un mimo inexpresivo, un espíritu inerte, un cuerpo autómata que se mueve al ritmo de los minutos. Por dentro soy un huracán que me atrofia la estabilidad. Todo parece tranquilo, y sin embargo ahí estoy, tratando mal al mundo. Como si quisiera desatar la guerra entre el cielo y el infierno, verlo arder todo, inclusive yo. Porque la broca no me derriba jamas. Pero algo oscuro brota de mi y no se manipularlo. Entonces me quedo sola.

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