Delirio

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Te dejas caer vertebra por vertebra en ese colchón rígido que esconde tantas pesadillas, tantas sonrisas y tantas melancolías. Primero con los ojos abiertos, las manos relajadas en continuación de los hombros y los brazos que intentan abarcar toda la cama. Cerras los ojos. Las pestañas tocan las mejillas y pensas, vuela la imaginación, pensas mas de lo que ves, ya no sabes que es real y que no, no distinguis la fantasía del mundo. Levantas los brazos y haces círculos con las manos, los dedos se mueven al compás de tu sonrisa y estiras las piernas, te estiras por completo, la punta de tus pies tocan el infinito y sentís tus músculos relajados , las contracturas desanudadas, no perdes la sonrisa, es tu momento, pones música de fondo, que bien suena, te enroscas y rodas por la cama el piso las paredes se ciernan sobre vos. Pero no te asfixias. Nunca tanto aire te entro en los pulmones. Soltas una carcajada, el frío del piso te desconcierta y volves a la sabana a abrazar la almohada, seguís riendo pasan las canciones levantas las piernas las moves, son libres como vos, como la remera que se te levanta, no abrís los ojos, no por miedo sino por placer, el placer del tacto del oído del olfato, descubrís otras sensaciones mas allá de ver lo basico, lo insulso, lo tedioso, lo aburrido, el pálido color del cielo raso, no te importa chocar con el delirio, preferís la sensación de frescura en el rostro. Te interrumpen. La puta madre. Intenta con flotar mas seguido.

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