POPURRÍ

Sueño

Caminaba en la oscuridad, atento, creía escuchar sonidos de fondo y ver una luz, allá, pequeñita y a lo lejos, pensó que estaba en un túnel pero por mas que estiraba los brazos hacia los costados no lograba tantear nada, también creyó estar en una habitación vacía, pero no estaba seguro, de lo que si estaba seguro era del miedo que sentía, un terror que se le subía hasta los oídos y lo hacia dar pasos temblorosos. Se sintió un cobarde, se sintió una víctima, como esos de películas de terror, o de extraterrestres, pero seguía sin llegar a ningún lado, sin ver nada, sin sentir nada, solo la luz que aún seguía diminuta y lejana, y los sonidos que nada decían, vagó horas quizá más, o al menos eso sentía él, ya se sentía agotado, quería rendirse, decidió descansar, con la idea de recuperar energía, de seguir adelante mas tarde, quizá no era tan cobarde, quizá tirar la toalla nunca había estado en su mente, ni en su instinto. Se agachó, y tanteo el frío material del suelo, llano y duro. Su espalda quedo extendida sobre él y sus ojos cansados miraban la nada. Sus pupilas estaban dilatadas en búsqueda de algo, no sabía que, algo, pensaba. Su párpados cedieron al agotamiento, y durmió, un tiempo inexacto, en esa oscura ceguera, quien sabe, si allí habría relojes, si allí habría tiempo. Algo lo sobresaltó, un rose dulce contra la palma de su mano. Sintió un horror tan grande como nunca antes. Quiso hablar, y no recordaba las palabras, su miedo se multiplicó, ahora si, podía sentir algo mas, la sangre en sus oídos y el corazón latiendo como el galope de un caballo. Respiro profundo, de dio cuenta que el aire olía a nada, pero que algo a su lado también utilizaba el oxigeno para sobrevivir. Tomo coraje, apretó el puño casi hasta que sangró y sus dedos se quedaron sin fuerza. Rodó de costado y quedo tendido sobre lo que parecía otro cuerpo, parecía inerte, pero su pecho se infló y unos dedos finos y femeninos peinaron su cabello, despertó, y se sintió mejor.