Pansy acababa de levantarse. Había tenido un sueño confuso. Solo colores y algunos gritos llegaban a su mente. Nada claro... lo último que recordaba era que unos hombres la habían asaltado en Londres, pero luego su mente estaba en blanco. ¿En dónde se encontraba? ¿Qué lugar era aquel? La ornamentación parecía ser de un hospital antiguo. A los pies de la cama se hallaba un ventanal estrecho y alto. El vitral estaba trizado en un costado y una cortina delgada dejaba pasar la luz del día.
La puerta se abrió y vio que Harry Potter entró al cuarto cargando una bandeja con algo para desayunar. Pansy, lejos de sorprenderse por ver a alguien del mundo mágico, era como si de alguna forma lo esperara, ¿de qué se trataba todo aquello? ¿Qué había pasado? ¿Por qué en presencia de Potter se sentía segura?
—Buenos días. Ya veo que estás mejor —saludó Harry dejando la bandeja sobre una mesa adosada a los pies de la cama y acercándose a ella—. Imagino que tendrás muchas preguntas.
—No muchas, solo una... —señaló ella mirándolo de frente—. ¿Qué me ocurrió?
—Con esa pregunta tengo para toda la mañana—respondió Harry sabiendo que tendría que maquillar muchas cosas de la realidad. Le diría gran parte de la verdad porque no quería que algo resultase poco creíble, pero dejaría de lado el motivo por el cual le había aplicado el hechizo desmemorizante.
—Por lo visto, no tengo prisa. Cuéntame.
Harry respiró profundo y esbozó una sonrisa. Vio en el rostro de ella, sosiego. No se arrepentía de lo que había hecho, pues el verla así, no desesperada o colapsada como la noche anterior, era razón suficiente para no sentirse culpable y darse cuenta de que había hecho lo correcto.
Luego de los hechos ocurridos en el bosque, producto del cansancio, Pansy perdió el conocimiento. Entre él y Snape la trasladaron al castillo en donde Luna, que se había quedado una vez más, se hizo cargo.
Entre todos acordaron qué decirle. No tenían otro camino, la finalidad era que ella no se enterara de la pesadilla por la que había pasado y que desde ahora era libre de regresar al mundo muggle.
—Bueno, fuiste apresada por los mortífagos —Pansy asintió, pues desde un principio supuso que se trataba de ellos quienes la agredieron aquella vez en Londres—... al menos, eso fue lo que dedujimos... Te rescatamos junto a Hermione quien también fue raptada por ellos justo el día de su boda.
—Lo siento —expresó compadeciéndose de Granger. Debió haber sido muy triste que le arruinaran un día memorable como debía ser el del matrimonio.
—No hay mal que por bien no venga... ella no se quería casar, ya sabes... «órdenes ministeriales», pero esa es otra historia —Pansy se sentó en una silla cercana para escucharlo atenta. En tanto Harry lo había hecho en la cama quedando frente a ella—. El asunto es que el día en que la rescatamos, coincidió con el día en que te habían apresado... Malfoy... Draco Malfoy aprovechó la confusión y también te sacó de la mansión...
—¿Draco está con ustedes? ¿De qué mansión me hablas? ¿De la mansión Malfoy?
—No, me refiero al lugar en donde toman cautivos a quienes no han sido leales a la logia mortífaga. Es un sitio escondido.
—¡Mis padres! —exclamó Pansy—. Ellos no fueron leales a los mortífagos. Es más, delataron a unos cuantos con tal de evitar la cárcel —Harry hizo un movimiento afirmativo de cabeza indicando que estaba enterado de esa situación.
—Lo siento... ellos... a ellos no logramos salvar.
—¡Dios mío!
Pansy se puso de pie y se dirigió a la ventana, se apoyó en el marco de piedras porque sentía que sus piernas no la sostendrían. Lloró en silencio. Hacía meses que no los veía y ni siquiera había tenido tiempo para decirles cuánto los extrañaba y amaba, pero ella era fuerte, eso le habían enseñado. La guerra no podía disminuir su ímpetu, si había que combatir, lo haría. Ya era hora de dejar de esconderse en el anonimato o ser parte del bando contrario. Ella debía encausar su vida, así fuera para vengar la muerte de sus padres.
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Los Cristales del Silencio
AcakSiete son los cristales que guardan el secreto de la libertad y una nueva profecía ha sido descubierta que vendrá a poner en jaque la seguridad del mundo mágico y muggle. Solo una persona es la clave para mantener el equilibrio. Un Dram...