Una tarde de domingo, sentada en la sala de estar de la residencia con mis amigos, Pablo propone ir a ver al Real Madrid de Basket el sábado siguiente en el partido de liga frente al Unicaja. Él juega en categorías inferiores y no tiene dificultad para conseguir entradas. A mí esta propuesta me hace mucha ilusión y le digo que cuente conmigo. Ya que a algunos no les interesa el plan, finalmente vamos Pablo, Vero(que desde hace poco es su novia), Marta, Álvaro y yo.
El sábado a las 18:30 horas teníamos que estar en el Palacio de los Deportes y yo no cabía en mí de felicidad por poder ver un partido del Madrid por primera vez desde mi mudanza.
Me visto con mi camiseta del Madrid de fútbol, la única que tenía, con mi nombre grabado en la espalda; unos vaqueros y mis Adidas Superstar clásicas.A las 6 menos cuarto pasan a recogerme en el coche de Pablo y vamos al pabellón. A las 6 y cuarto ya estamos sentados en nuestras respectivas localidades (muy cerca del banquillo) mirando a los jugadores calentar con el himno del Madrid de fondo, rodeados de palomitas y refrescos y emocionados como niños pequeños. Es un partido muy importante para intentar quedar primeros en la clasificación de la liga.
Entonces no puedo evitar fijarme en Luka Dončić. No ha pasado tanto desde que lo vi por última vez en la cancha, pero está algo cambiado. Más maduro, más guapo, más hombre. Quizá solo sea la barba de tres días que, por cierto, le sienta de maravilla. Cada día que pasa va a mejor y yo me quedo embobada observando sus movimientos coordinados, sus piernas largas y su inconfundible sonrisa.
El partido es muy emocionante y Luka se sale. Anota 20 puntos, coge 5 rebotes... ¿desde cuándo me han interesado tanto estos datos?
Mis amigos y yo pasamos una tarde genial y cuando el marcador indica que el último cuarto ha acabado y la gente se empieza a ir celebrando la victoria del Madrid, siento pena; ojalá pudiera pasar allí toda la tarde.
Pero...
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Sueño cumplido (Luka Dončić)
FanfictionCuando Luka Dončić llegó a mi vida yo no era más que una joven perdida intentando hacerme un hueco en Madrid y en el periodismo nacional. Pero a veces las mejores cosas llegan en los momentos más inesperados para poner nuestro mundo patas arriba.