Narra Luka
Me ha alegrado mucho ver a Cris; tan guapa como siempre. No me han pasado desapercibidos los vaqueritos que lleva en el camino al ascensor. Pero madre mía, es una tortura y una tentación constante.
Llego a mi habitación y ahí esta Felipe, mi habitual compañero.
-¿Qué pasa, enano?- me dice nada más entro.
-Nada, venía de estar con Cris.
-¿Y qué tal?
-Pues hoy voy a dormir en su cuarto.
-Mucho estabas tardando-su sonrisa pícara lo dice todo.
-Pero no digas nada, ¿eh?, que Laso me cruje.
-Tranquilo, Lukita. Yo a tu edad también hacía esas cosas-me guiña un ojo.
Me ducho y bajamos a cenar al restaurante del hotel. Tenemos la típica charlita motivadora de Laso para la final de mañana. A veces es muy pesado, pero es un buen entrenador y un buen tío.
Intento escabullirme en cuanto termino mi postre, pero no puedo evitar que mis compañeros cotilleen.
-¿Ey, por qué tanta prisa?-me pregunta Jeff.
-Tengo sueño-miento.
-A este le pasa algo-dice Alex.
-Dejad al niño, tiene cosas que hacer-zanja la conversación Felipe y todos entienden lo que quiere decir por su tono irónico.
Me voy entre aplausos y vitoreo de los de mi mesa; están colgados. Cojo el ascensor hasta la cuarta planta y llego a la habitación 407. Cris me abre con un short cortísimo y una camiseta blanca de tirantes que deja poco a la imaginación.
-Servicio de habitaciones-le digo y ella se ríe de una manera muy adorable.
-Eres imbécil.
-Pero un imbécil al quieres mucho-entro, cierro la puerta y aprisiono a Cris contra ella.
-No te emociones.
-¿No?-recorto el poco espacio que queda entre nosotros y encuentro su boca. Ella me rodea el cuello y yo la levanto a pulso, como siempre hacemos.
-Bueno, sí.
Se rinde a mí y yo a ella. Es la manzana de Adán y Eva, la fruta prohibida, la tentación.
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Suena mi puta alarma y me despierto. No me quiero mover de aquí; no, no y no.
A mi lado está Cris, boca abajo, cubierta únicamente por sus minúsculas braguitas. Dudo en si despertarla o no, pero creo que es mejor dejarla descansar un rato más. Ya le mandaré un whatsapp para agradecerle esta noche increíble.
Llego a mi habitación y Felipe está cambiándose.
-¿Qué tal la noche?- me pregunta risueño.
-Bien-no puedo esconder una sonrisa de bobo.
-¿Motivado para la final?-insinúa con ironía.
-Cabrón-le lanzo una chancla y ambos nos reímos.
Felipe es un tío de putísima madre, además de un ejemplo a seguir como jugador y persona. He tenido la suerte de tenerlo como compañero de equipo, capitán y compañero de habitación, así como un amigo y un maestro.
Me doy una ducha y desde dentro del baño escucho que alguien llama a la puerta y Felipe abre.
-Hola-reconozco su voz, es inconfundible-. ¿Está Luka?
Antes de que a mi compañero le de tiempo a contestarle, salgo del baño con una toalla enrollada a la cintura.
-Bueno, Lukita, yo voy bajando ya-me dice Felipe-. Encantado de conocerte, Cris-se dan dos besos.
-Felipe Reyes me acaba de dar dos besos-me dice Cris cuando este ya se ha ido.
-Lo sé. Estaba aquí, ¿sabes?
Parece no escuchar lo último que le digo porque está mirándome fijamente. Se muerde el labio inferior, todo ello sin quitarme los ojos de encima.
-Eeeey-le paso la mano por delante de la cara.
Sacude la cabeza y vuelve a la realidad.
-Me he quedado embobada mirándote-reconoce sin tapujos-. Estás buenísimo.
Me encanta su sinceridad. Ella no entiende de filtros ni de falsas modestias; siempre dice lo que piensa y en ese sentido es igual que yo.
La atraigo hacia mí y le sobo el culo. Nunca tendría suficiente de ella.
-Bueno, yo solo quería desearte suerte para la final, porque hoy estaré todo el día en el pabellón-me coge la cara con ambas manos y me besa antes de continuar-. Te quiero muchísimo, mucha mierda y ya verás que todo va a salir bien. Si ganas, habrá recompensa-insinúa y se aleja, dispuesta a salir de la habitación.
-¿Y si pierdo?
-También-me guiña un ojo y yo la agarro de la muñeca antes de que se vaya por el pasillo.
-Te quiero-la estrujo fuerte contra mi pecho y le beso la coronilla.
-Y yo.
Ella es mi lotería, mi amuleto, mi suerte.
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Sueño cumplido (Luka Dončić)
FanfictionCuando Luka Dončić llegó a mi vida yo no era más que una joven perdida intentando hacerme un hueco en Madrid y en el periodismo nacional. Pero a veces las mejores cosas llegan en los momentos más inesperados para poner nuestro mundo patas arriba.